Texto y fotos por

Julia Laich

Dividido entre las provincias de Álava y Vizcaya, a menos de una hora de Vitoria, se encuentra el Parque Natural de Gorbea: un espacio único por su orografía, biodiversidad y paisajes, donde las rocas escarpadas conviven con los mágicos hayedos y las suaves y verdes praderas. Siendo el parque natural más grande del País Vasco, es un referente en montañismo y acoge desde los visitantes más deportistas hasta aquellos que buscan pasar un día tranquilo en familia.

El Parque Natural de Gorbea –Gorbeia en euskera– tiene infinidad de rincones en sus más de veinte mil hectáreas de relieve kárstico, bosques y praderas. Todos son sorprendentes y merecen una visita; y, sobre todas las cosas, en ellos se respira una privilegiada tranquilidad. Conocerlos todos es una tarea que requeriría meses; sin embargo, si solo dispone de un día, es posible visitar algunos de sus espectaculares puntos clave.

Hayedo de Otzarreta

Saliendo desde Vitoria hacia el norte, circulando por la N240 y atravesando el bonito embalse de Urrunaga, se llega en poco más de media hora a este hayedo casi mágico. Entre los antiguos árboles serpentea el arroyo Zubizabala, que divide el pequeño bosque de fácil recorrido a la mitad. Vale la pena observar la particular forma de candelabro que adquirieron las hayas tras años de poda para la utilización de su madera en la fabricación de carbón vegetal.

Humedal de Saldropo

A tan solo unos minutos del hayedo de Otzarreta se encuentra el humedal de Saldropo, un tesoro de biodiversidad dentro del parque que vale la pena conocer. Antiguamente había en este lugar una turbera, perdida tras la explotación y una desecación paulatina. Hoy en día es un enclave donde se potencia la conservación de la flora y la fauna. Es un lugar perfecto para un paseo tranquilo y sin dificultad, y para la observación de aves.

Cumbre de Gorbea

Es la cima más alta del parque –tiene 1482 metros de altitud– y marca el límite entre Vizcaya y Álava. La Cruz de Gorbea es un referente en el montañismo vasco y llegar hasta ella es posible partiendo desde diferentes puntos. La salida desde el aparcamiento de Pagomakurre es probablemente la más popular, y el camino, de unos 12 kilómetros ida y vuelta, discurre entre paisajes rocosos, bosques y zonas de pastos. El ascenso es sencillo y se torna algo complicado al final de la subida.

Macizo de Itxina

El macizo de Itxina es un ejemplo perfecto de formación kárstica, muy característica en la orografía vasca. La erosión de la lluvia ha creado, y crea, en la roca caliza innumerables cuevas, simas y ríos subterráneos. Partiendo también desde Pagomakurre se puede caminar hacia el ojo de Atxular, un lugar perfecto para acceder al interior del macizo y observar una impresionante panorámica. Desde allí se puede visitar también la cueva de Supelegor o las campas de Arraba.

Cascada de Gujuli

En la vertiente suroeste del parque se encuentra la cascada de Gujuli. Partiendo desde Pagomakurre es muy recomendable evitar la autopista y circular por la carretera nacional, pasando por el pueblo de Oyardo. El paisaje rocoso se transformará por un momento en un campo verde de suaves ondulaciones donde se puede apreciar la actividad ganadera de la zona. La cascada, de 105 metros de desnivel, se nutre de los arroyos Jaundia y Basabe y del río Oiardo. Dependiendo de la época del año en la que se visite y de las precipitaciones, es posible que la cascada no tenga caudal suficiente para apreciar el espectáculo en todo su esplendor.