Por David Lorenzo

Sin duda y de manera objetiva el barrio de Ciudad Jardín de Las Palmas de Gran Canaria es una de las principales zonas de crecimiento urbanístico de la ciudad durante los siglos XIX y XX. Esta zona permitió darle un importante lavado de cara a la ciudad y consolidar a Las Palmas como una de las grandes urbes del archipiélago.

Todavía a mediados del siglo XIX la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria estaba en crecimiento. Fuera de sus dos principales barrios, Vegueta y Triana, apenas se encontraban importantes conjuntos urbanísticos. De camino desde el centro de la ciudad hasta la isleta (en dirección al puerto de La Luz y de Las Palmas) existía simplemente una enorme zona de dunas similiar a las que hay hoy en Maspalomas.

Aunque quizás hoy se vería como un espacio de gran valor paisajístico en ese momento las dunas de la llamada Vega de Santa Catalina eran más bien un estorbo. Era un lugar molesto y polvoriento que le sacaba lustro a uno de los principales puntos comerciales del Archipiélago.

Ya en el siglo XIX algunos urbanistas ingleses habían visto potencial en esta zona. Precio barato del suelo y la posibilidad de modificar este “salvaje entorno” hizo posibe un cambio. Se construyeron algunas viviendas al estilo inglés, destacando sobre todo la fabricación del Hotel de Santa Catalina afinales del ochocientos.

El objetivo de los ingleses era convertir este en el Barrio de los Hoteles. Y para ello levantaron una serie de complejos que harían que Las Palmas de Gran Canaria se convirtiera en uno de los principales destinos turísticos de Canarias. También algunos chalets donde vivían importentes comerciantes británicos. Pero esto estaba a punto de cambiar con el desarrollo de la Ciudad Jardín.

La zona  tuvo un importante cambio cuando se decidió, en el plan de ordenación urbana de 1922, crear un barrio de estilo racionalista. Este estilo debía aplicarse tanto a la arquitectura de las viviendas como al trazado urbano. La forma innovadora de este barrio luego fue extendiéndose al resto de las islas.

Dicho movimiento urbanístico, el de las ciudades jardín o Garden City, fue un proyecto de Ebenezer Howard. Este modelo creía necesario la existencia de barrios residenciales que contaran con ampilas zonas verdes, tanto en las propias casas como en la zona pública. El objetivo era construir nuevos barrios y ciudades donde prevaleciera la calidad de vida.

Centrándonos ya en la Ciudad Jardín de Las Palmas de Gran Canaria, observamos que sigue en gran parte este modelo. Se crea un gran cinturón verde, donde destacan sobre todo el parque Doramas y el parque Romano. También otros hoy desaparecidos como es la zona verde que ocupaba el lugar donde hoy está el Estadio Insular de la ciudad.

El diseño realizado por Miguel Martín Fernández de la Torre buscaba crear un barrio sofisticado, adaptado a lo ya construído por los ingleses. Su objetivo era el de diseñar un espacio acomodado para las clases más pudientes de la ciudad. Un lugar que escapara un poco de la cada vez vertiginosa urbe que estaba surgiendo.

Un pulmón dentro de una ciudad en crecimiento, el cual hoy continua. Ciudad Jardín pudo conservar casi intacto su estado ambiental, manteniendo sus amplias zonas verdes y calles arboladas hasta la década de los 60. Debido a la presión urbanística en esa época ya ésta no era una zona periférica de la ciudad sino que se había convertido en central. Esto hizo que también fuese muy codiciada y que empearan a construirse edificios de mayor tamaño y que ocuparan parte de las amplias zonas verdes.

A pesar del deterioro ambiental Ciudad Jardín todavía sigue siendo hoy un pulmón en el interior de Las Palmas de Gran Canaria. Una de las zonas más distinguidas y cara de toda la ciudad. Un lugar en el cual todavía el encanto de antaño perdura, a pesar de algunos errores urbanísticos.

Para saber más:

  • Morales Matos, Guillermo (1995) “La Ciudad Jardín de Las Palmas de Gran Canaria (1880-1994). En Ería: Revista cuatrimestral de geografía. Madrid: Universidad Carlos III