Por Saioa Arellano

 

A escasos cuarenta y cinco minutos de Valladolid se encuentra Peñafiel, un municipio que tiene como punto fuerte ser el epicentro de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Hace treinta y nueve años el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación decidió concederle dicha distinción y desde entonces es un lugar visitado por muchos amantes del vino.

Peñafiel es la cuna de la Ribera del Duero porque allí se encuentran bodegas con mucho prestigio que le dan un renombre especial al municipio, donde lo que más llama la atención son los paisajes llenos de viñedos.

La uva que más se cosecha en el lugar es la tempranillo, pues ocupa el 95 % del terreno de la denominación de origen, aunque es cierto que también está permitido cultivar otros tipos de uva como malbec, cabernet-sauvignon, merlot y garnacha tinta. La albillo es la principal variedad de uva blanca autorizada. Estas variedades y sus aromas se consiguen gracias al clima mediterráneo, que se caracteriza por tener bajas precipitaciones, pero con inviernos largos y fríos, en contraste con veranos más calurosos y secos que dan lugar a estos vinos. Basta con visitar una bodega para saber más sobre la forma de cultivo y, por supuesto, probar cualquiera de las variedades de tinto, que no dejan indiferente a nadie.

Uno de los atractivos que han llevado a que Peñafiel sea tan conocido es la organización de la carrera Ribera Run Experience, que se celebra cada año a mediados de septiembre. Si eres amante del enoturismo y del deporte, esta es tu prueba y tu lugar. Con tres distancias –una de treinta kilómetros; la media, de diecisiete kilómetros; y una promo, de siete kilómetros–, la Ribera Run es una prueba deportiva que tiene por objetivo reunir dos de los puntos fuertes de Peñafiel: el enoturismo y la historia, pues parte desde el mismo pueblo y se adentra a través de las diferentes bodegas y viñedos, algo que permite ir degustando este producto con denominación de origen, además de correr por lugares medievales. Y si no corres, ¡no pasa nada! Todo merece la pena por la cantidad de eventos que se ofertan después de la prueba en la plaza del Coso.

Esta plaza es otro punto de interés de Peñafiel, pues fue construida en la Edad Media como lugar de festejos y llama muchísimo la atención por sus pintorescas casas de madera de dos y tres plantas construidas en adobe, piedra y madera. En los edificios de la plaza destaca la cantidad de balcones de madera muy decorados con motivos florales o frutos, donde incluso puedes ver a gente comiendo mientras paseas. Estos balcones se convierten durante la celebración de las Fiestas de Nuestra Señora y San Roque en palcos desde los que los propietarios del derecho de vistas pueden ver los diferentes actos que se celebran.

También es de obligada visita el Catillo de Peñafiel, que data del siglo X y que sirvió como arma importante para la defensa del Duero. Aquí, en el castillo, se encuentra el Museo Provincial del Vino, lugar de visita obligada. Como lo son también las fiestas de la vendimia que se celebran durante todo el mes de octubre.

Sin duda, tanto Valladolid como el camino hacia este municipio son toda una experiencia para los sentidos: desde sus paisajes hasta sus vinos. Es un viaje y un destino perfecto si quieres ir en familia, con amigos o a disfrutar de una experiencia deportiva que no encontrarás en otro lugar.