Por Beneharo Mesa

Ilustración por Capi Cabrera

Pedri González, futbolista natural de Tegueste,necesitó poco tiempo para pasar de ser una joven promesa canaria que llegaba de la segunda división a convertirse en uno de los jugadores clave del FC Barcelona. Comenzó su andadura con el fútbol en las categorías inferioresdel CF Juventud Laguna, en Tenerife. Posteriormente recalaría en la categoría juvenil de la UD Las Palmas, equipo con el que acabaría jugando en segunda división. Todo ello tras probarse con el Madrid y no despertar interés en el club blanco. Sin embargo, hoy sabemos que su destino era de color blaugrana.

Ha tenido un año muy prolífico. ¿Qué balance hace al respecto? 

Ha sido un año impresionante, increíble, por todo lo que he vivido. Hace unos meses no lo hubiera creído. Seguramente, lo que más he aprendido ha sido a llevar la presión mejor. A salir a la calle y que me pidan fotos y autógrafos, que es algo que antes no vivía… Y en cuanto a lo futbolístico, he aprendido a levantarme, trabajar todavía más duro y mejorar como futbolista después de una derrota. Al máximo nivel creo que es tan importante saber digerir los éxitos, como el título de Copa o los logros personales, como los malos momentos.

Ha jugado finales, Champions, Eurocopa y Juego Olímpicos. ¿Dónde hay más nervios o presión? 

En mi caso, el partido con más presión fue el primero que jugué de Champions como titular: en Turín y contra la Juve. Encima veníamos del clásico, que para mí no había estado personalmente muy bien.

¿Y con la selección? ¿Quizás en la final de los Juegos?

No. Tenía más presión en las semifinales de la Euro que en la final de los Juegos.

Entrenadores y jugadores siempre hablan de su naturalidad para afrontar los partidos. ¿Cómo lo hace? Yo me achantaría si tuviera a Mbappé o Cristiano enfrente… 

¿Cómo lo hago? Pues… [piensa]. Intento jugar como siempre y estar tranquilo; sé que si estoy tranquilo me van a salir las cosas mejor.

¿Cómo es la vida en Barcelona? Siendo isleño no sé si su proceso de adaptación le resultó sencillo o complejo.

La verdad es que me lo paso muy bien. Estoy todo el día con mi hermano en casa, porque a mí siempre me ha gustado mucho estar en casa. Hago lo que me gusta: entrenar y luego quedarme tranquilo en casa. Mi adaptación a Barcelona fue muy sencilla. Quizá lo que peor llevo es el frío en invierno. Al principio teníamos la calefacción estropeada en casa y teníamos que ir con el pijama largo.

¿Qué es lo que más le gusta de Barcelona?

El Camp Nou. El Camp Nou me flipa. Aparte de eso, las Ramblas. Y, lógicamente, la playa.

¿Echa de menos las Islas?

Sí, claro. Siempre. La vida en las Islas es diferente. La gente es más cariñosa, no van tanto a su rollo como aquí. En Canarias todo el mundo te saluda, mientras que en Barcelona cada uno va a lo suyo. Mi tierra y mis amigos siempre los llevo en la cabeza.

¿Cómo fue jugar con Leo Messi? ¿Con qué se queda de toda esa experiencia?

Fue una locura. Siempre lo he dicho: para mí es el mejor del mundo. Y poder jugar con el mejor del mundo es una locura.

Locura, ¿por qué?

Porque es capaz de cualquier cosa en el campo. Igual está rodeado por tres rivales y, aun así, le das el balón y hace algo muy bueno.

¿Qué ha aprendido de él?

Que, aunque seas el mejor del mundo, tienes que ser un tío sencillo y normal. Y con él he aprendido un montón de cosas, sobre todo en el aspecto técnico… A lo que no me atreví es a hacer un reto con él con el balón, ni lo haré… [bromea].

Cuando no piensa en fútbol, ¿en qué ocupa su tiempo? ¿Desconecta?

En estar con mi hermano haciendo puzles o jugando a juegos de mesa. También en jugar a la Play o ver series, y estar con el móvil.

Por último, ¿cómo ve la temporada? ¿La afronta diferente respecto a su primer año?

Es una temporada diferente, con bastantes cambios en la plantilla y la marcha de varios jugadores que han sido muy importantes, pero la exigencia siempre es la misma en el Barça. Hay que aspirar y pelear por todo. En lo personal, sé que tengo que seguir creciendo y mejorando en todos los aspectos. El nivel de exigencia va a ser mayor después de lo que hice el año pasado, pero yo soy el primero que me voy a exigir más.

Ronda de respuesta rápida:

Un lugar: Tenerife.

Una película: Creed.

Una canción: Dos tragos.

Una deportista: Mireia Belmonte; y un deportista, Rafa Nadal.

Un entrenador: pues es complicado elegir, porque hay varios importantes para mí. Si tengo que elegir uno, Rubén Delgado, mi entrenador en alevines. Él fue el primero que me enseñó a competir.

Un jugador: Iniesta. Y Messi, que encima he podido jugar con él.