Por David Lorenzo

Hay una gran cantidad de viajeros británicos que visitaron Canarias en el siglo XIX. Algunos de ellos prominentes científicos y médicos permitieron que apareciera un nuevo sector económico en las islas: el turístico. En ese momento las islas, principalmente Gran Canaria y Tenerife, se abrieron paso como lugares de interés para curarse enfermedades, sobre todo las pulmonares.

Ya desde mediados del siglo XIX también empiezan a surgir los Grand Tour. Eran viajes en los que se hablaba sobre los grandes logros de los países europeos durante el siglo, pero también de algunos de los mejores lugares que visitar en caso de viajar por el Viejo Continente. Este fue el germen de las guías de viaje con fin comercial.

Desde que Marco Polo hizo su viaje por Asia algunas ya habían escrito sus experiencias. Pero son los británicos del siglo XIX quienes van a sacar más partido a los viajes. Muchos lograron ganar grandes cantidades de dinero con guías turísticas centradas en celebrar los beneficios climáticos de tal o cual lugar.

William Wilde, padre de Óscar Wilde, fue uno de los visitantes a Canarias.

Gracias a muchas de las guías de los viajeros que pasaron por Canarias conocemos algo más de la cultura canaria del siglo XIX. A pesar de la parcialidad que puede dar la propia visión cultural y personal de los viajeros se nos presentan unas islas empobrecidas. Todas estaban atacadas por una profunda crisis que se extendió durante prácticamente todo el ochocientos.

Estos son algunos de los grandes viajeros británicos del siglo XIX que visitaron Canarias:

  1. William Wilde. El padre del futuro gran escritor Oscar Wilde, influido por crear un Grand Tour invernal por Europa y algunas de sus colonias visitó la isla de Tenerife en 1837. Después de haber visitado Madeira y otras ciudades españolas en la Península visita la isla canaria. Tras estar unos días llega a la conclusión que es ideal para el turismo de salud (health-resort). Fue uno de los primeros viajeros británicos que alabó que el clima era bueno para curar enfermedades como la tuberculosis o neumonía. Quedó prendado con el Valle de la Orotava, del que alaba no solo su clima si no su paisaje. Todo esto lo presenta en su obra Narrative of a Voyage to Madeira, Tenerife and along the Shores of Mediterranea, escrita en 1840.

  2. Salmer Brown. Uno de los mayores difusores en inglaterra de Canarias como destino de salud fue Salmer Brown. Su guía de viajes “Madeira, Canary Islands and Azores” tuvo gran impacto en su país. Tanto que llegó a contabilizar nada menos que diez ediciones hasta el año 1.910. Este es uno de los grandes viajeros británicos del siglo XIX que además se encarga de difundir la belleza natural de la Macaronesia. Brown explicó su propia experiencia con el fin de poner en valor las ventajas que tenía para la salud visitar Canarias. Él, que había llegado a las islas para curarse su enfermedad. Gracias al clima logró mejorar bastante.

  3. Ernest Hart. Este popular médico, miembro de la Royal College of Surgeons de Inglaterra, tuvo también un papel destacado para convertir a Canarias en destino turístico. Alabó los beneficios de las islas tanto en su revista British Medical Journal como en su libro A Winter Trip to the Fortunatae Islands. De esta manera llegaron más viajeros británcios a las islas. Esto fue resultado de su viaje al Puerto de la Cruz en 1887, donde quedó impresionado por el buen clima isleño. La gran difusión del que era uno de los mejores médicos británicos del siglo XIX permitió que Tenerife y todas las restantes islas fueran vistas como el lugar perfecto para la curación. Especialmente logró que La Orotava fuera uno de los destinos médicos más exigidos en Canarias de finales del siglo XIX.

  4. Olivia Stone. En su obra Tenerife y sus seis satélites hace un estudio bastante profundo sobre la cultura, historia y naturaleza canaria. Cuando ella llega las islas ya se habían consolidados como uno de los destinos de salud favoritos de los británicos del siglo XIX. La mayoría de los que llegaban eran de clase alta y se alojaban en hoteles o dependencias de lujo. Gracias a ella conocemos algunas de las costumbres habituales entre los isleños y que hoy están perdidas. Además era una gran dibujante y hace dibujos sobre costumbres y el paisaje canario del siglo. Su libro cuenta con magníficas ilustraciones donde se presentan hitos de la naturaleza, arquitectura e incluso de como vivía la población.

  5. Marianne North. Olivia Stone no es la única mujer británica que visitó las islas. North realiza varios viajes por el Mundo, pudiendo considerarla como una viajera empedernida. Incluso viaja al Continente Asiático (visitando la India) y también llegó a conocer bastante bien América. Influida por su gran amigo, Charles Darwin, decide hacer un viaje para conocer las islas Canarias. La ya popular pintora estuvo en Tenerife durante un tiempo. El suficiente para pintar varios cuadros en la isla durante su visita. Estuvieron en torno a un mes en La Orotava y casi dos en el Puerto de la Cruz. Gracias a sus escritos sabemos cuál era la situación de ambos municipios a finales del siglo XIX (1875 para ser exactos).

  6. James Holman. Este personaje es uno de los más interesantes viajeros británicos del siglo XIX que visitaron Canarias. Esto se debe precisamente al nombre que recibía: “el viajero ciego”. Esto se debe a una enfermedad que le afectó a la vista cuando apenas contaba con 22 años. Pero su invidencia no supuso que se rindiera. Gracias a su perseverancia y curiosidad por conocer nuevos lugares siguió conociendo el mundo. Completamente solo decidió conocer otros lugares y viajar por placer. Es en su último libro Travels in Madeira, Sierra leona, Tenerife, St. Jago, Cape Coast, Prince’s island, etc., etc., donde habla sobre su viaje a Canarias. Da una imagen diferente de los viajes basándose en sus experiencias careciendo de vista.

  7. Alfred Burton Ellis. Militar de carrera era uno de los viajeros británicos más interesante. Completamente comprometido con la Royal Navy también era un viajero empedernido. Presentaba especial predilección por lugares exóticos, como La India y África. En su obra West African Islands hace una reflexión sobre su visita a las islas Canarias. Entre sus percepciones ve Las Palmas de Gran Canaria más como una ciudad de estilo musulmán que europeo. De Santa Cruz de Tenerife afirma que sus calles son estrechas y de aspecto sombrío (debido al color oscuro de la piedra volcánica y por el aspecto de las casas terreras). Todo esto haría pensar que no le gustó su visita. Sin embargo, por cosas del destino le acabó gustando y finalmente estuvo en Canarias hasta el fin de sus días.

Para saber más:

  • García Pérez, José Luis (2007) Viajeros ingleses en las Islas Canarias durante el siglo XIX. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea
  • Hernández Berriel, Francisca; Díaz Morales, José Ramón (2010) El legado del turismo británico en las Islas Canarias. Impacto socio-cultural sobre la población de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria