Texto: Galo Martín Aparicio
Fuera del circuito de los grandes y famosos museos madrileños hay otros en cuyas paredes no cuelgan cuadros. Su relevancia es pequeña en comparación con sus objetivos, pero no se resignan. Son museos que homenajean al séptimo arte, que recuerdan que un continente no es un país, que el arte no se limita a la vista, que nos cuentan qué es la felicidad y que nos enseñan todo lo que se puede averiguar sobre la muerte a partir de un puñado de huesos.
Museo del cine
El Museo del cine es un espacio cultural ubicado en el antiguo Cine París del pueblo de Villarejo de Salvanés. La colección de artilugios precinematográficos, linternas mágicas, proyectores, cámaras, documentación, carteles de películas clásicas, así como otros rescatados de salas de exhibición, propiedad de Carlos Jiménez, fundador del museo, cuenta la precuela y el nacimiento del cine. Una narración repartida en tres salas: «A, Los orígenes del Séptimo Arte», «B, Las Cabinas de cine», «C, Los Goyas». La visita al museo es guiada, lo que enriquece la experiencia.
Dónde: Villarejo de Salvanés (Madrid), calle Mayor, 49.
Museo Africano Mundo Negro
Por encima de la colección que exhibe este museo, creado por iniciativa de los Misioneros Combonianos en 1985, está su objetivo: contar la realidad de África y desmarcarse de los tópicos y clichés con los que se suele identificar a este continente, al que mucha gente confunde con un país. Las piezas expuestas tienen un gran valor etnológico y antropológico y la mayoría proceden de lugares en los que están presentes sus fundadores, países al sur del Sáhara. Al museo se lo conoce como «Mundo Negro» y trata de ser un puente entre África y Europa. También una ventana a la que asomarse y ver, no imaginar, cómo es el África negra.
Dónde: calle Arturo Soria, 101.
Museo de la Felicidad
Visitar este museo es un viaje por la historia y la geografía de la felicidad, una idea que se ve más como una meta que como un estado mental en un momento concreto. El museo tiene una superficie de seiscientos metros cuadrados dividida en salas en las que los sonrientes visitantes pueden probar una máquina que da abrazos, conocer un risódromo, asistir a un espectáculo de magia feliz interactiva o entrar en el Laboratorio de la Felicidad y el Espacio de la Felicidad más allá del Dinero, entre otros lugares tan singulares como inquietantes.
Dónde: Ronda de Valencia, 8.
Museo de las Ilusiones
Por medio de hologramas, estereogramas, ilusiones ópticas y salas en las que se proyectan imágenes en las paredes, el Museo de las ilusiones trata de que sus visitantes se sumerjan en el mundo de las ilusiones estimulando los sentidos y desafiando a la mente. Una experiencia interactiva, divertida y educativa dentro de un espacio lleno de trucos visuales que dan vida a una atmósfera lúdica.
Dónde: calle Doctor Cortezo, 8.
Museo Tiflológico de la ONCE
Su nombre viene de la palabra griega typhlós, que significa ‘ciego’. El Tiflológico es un museo creado por la ONCE para ver y, sobre todo, tocar. Un espacio inclusivo e igualitario en el que la cultura es accesible para personas con discapacidad visual y para las que no la tienen, a las que se les brinda la posibilidad de disfrutar del museo más allá del sentido de la vista. El museo expone obras realizadas por artistas ciegos o con baja visión afiliados a la ONCE y que se absorben por medio del braille.
Dónde: calle La Coruña, 18.
Museo de Antropología Médica, Forense Paleopatología y Criminalística Profesor Reverte Coma
Este museo no apto para todo el mundo y con un acceso al público restringido se encuentra en la Facultad de Medicina de la Ciudad Universitaria. Entre sus piezas expuestas hay restos humanos, momias, armas de crímenes, objetos de narcotráfico, terrorismo y de investigaciones policiales y muchos cráneos. Hasta ochocientos. Este museo está concebido para la docencia y la investigación. Para saber y enseñar todo lo que se puede averiguar a partir de restos óseos.
Dónde: Facultad de Medicina de la Ciudad Universitaria.