Texto: Galo Martín Aparicio
Imagen: Mirta Rojo
En 1999 empezó a trabajar en el programa televisivo Desesperado Club Social. A finales de 2024 y principios de 2025 estrenó las películas Odio el verano y Quién es quién y las series Perverso y Machos alfa 3. Entremedias ha trabajado en otro buen puñado de proyectos audiovisuales y obras de teatro. Sobre el escenario es donde ha estado Kira Miró (1980) cuando no se la veía en las pantallas de cine y de televisión. La de Gran Canaria, una actriz con veinticinco años de profesión a su espalda, es feliz en cholas.
¿Cuál es el tópico típico de las Islas Canarias que más le cansa?
No me cansa ninguno porque casi todo lo que transmitimos los canarios es buen rollo. Casi todo lo que me llega siempre de tópico típico de los canarios es ese mismo buen rollo, además del clásico muchacho, cuidado, que siempre lo dicen con acento cubano, en vez de canario, pero bueno.
¿Qué desconocen los peninsulares de las Islas Canarias y deberían conocer?
Creo que el peninsular desconoce que hay un paraíso brutal a dos horas y media de la Península. Siempre tiende a irse al otro lado del charco o a otros destinos, antes que a Canarias. Son ocho islas preciosas, muy diferentes entre sí, con parajes para todos los gustos y con buen clima.
¿Siendo insular cómo se siente en la Península?
El canario tiene una luz especial. Hemos crecido con sol, con alegría, con templanza, con calma y en bikini ellas y en bañador tipo turbo ellos, desde los profesores hasta los que nos atienden en el banco. Todo eso te quita un montón de tapujos y de complejos y te da una cercanía que, quizás, el peninsular, por los nueve meses de frío, no tiene. El peninsular no tiene la calidez que sí tenemos los isleños. Allá donde vamos hacemos isla, nos unimos. Hacemos pandilla. Nos acogemos.
¿En su vida fuera del set de rodaje tiene rutinas?
No. Mi vida nunca tiene rutinas. En los rodajes no las tengo, en las promociones tampoco. Cuando no estoy trabajando hago lo que no me ha dado tiempo a hacer; mis citas médicas, practicar idiomas, deporte, ver a la familia y a los amigos y viajar. Aunque no tenga rutinas, cada vez me gusta más acostarme y levantarme pronto para aprovechar y disfrutar el día de otra manera.
El trabajo de una actriz, grosso modo, es interpretar el papel de otra persona. ¿Eso le facilita la empatía con los demás en su día a día?
Absolutamente. Nací muy empática y con el paso del tiempo y a través de esta profesión también. Una profesión que te permite absorber mucho de afuera, en la que una está muy pendiente de cómo está el otro, de cómo se comporta para para construir personajes, tienes que estar totalmente observando, cómo está o cómo quieres hacer tu personaje.
¿Qué es más duro y por qué: preparar un casting o el rodaje de una película?
Preparar un casting porque estás totalmente perdido. Hay mil quinientas posibilidades y no sabes lo que te vas a encontrar. En los ensayos ya estás escogida, no tienes que crear desde otro lugar, pero prepararte un casting es terrible porque te ponen a prueba en todos los sentidos y muchas veces es ponerte a imaginar un personaje con un fondo blanco, en una marca, con gente que no conoces, y es bastante desconcertante. Yo cada vez me lo tomo más como un juego.
¿Cómo se prepara física y mentalmente a la hora de abordar un personaje?
Depende de lo que necesite cada personaje. Cada proyecto requiere de una preparación. Me informo acerca del personaje en cuestión, a qué se dedica, cómo se comporta, cómo se mueve, etc. Por ejemplo, en Perverso, donde interpreto a una jueza, hablé con varios jueces para ver cómo se comportaban en un juicio, en un interrogatorio, etc. En el caso de Machos alfa, serie en la que mi personaje indaga en el mundo de las relaciones abiertas, el productor me dio a leer libros de poliamor y de anarquía romántica y sobre las diferentes maneras que existen en las relaciones sentimentales. A nivel intelectual y psicológico investigo mucho el personaje, a nivel físico también lo preparo. Por ejemplo, el trabajo corporal para prepararme el personaje de Ana en Quién es quién fue muy potente.
¿Una actriz ante todo tiene que ser…?
Maleable.
¿Cómo afronta los momentos en los que no suena el teléfono?
Como buenamente puedo. Cuando llegan esas épocas en las que no suena el teléfono y no hay trabajo a la vista, es tremendo, terrible. En esta profesión se pasa de cero a cien y de cien a cero en un instante, de un día para otro. Yo intento seguir mi caminito, seguir haciendo mi vida, ir a terapia, y no creerme una diosa cuando me va bien y una fracasada cuando me va mal, porque la mayoría de las veces que no te escogen no tiene que ver con tu talento. Tú sigues siendo la misma actriz, solo que por circunstancias en las que opina mucha gente tú no eres la elegida.
¿Cómo se gestiona el rechazo?
Es posible que ahora mi rostro se vea más por varios estrenos, pero la gente no sabe cuántas veces me han dicho no. Noes que me han dolido, que me han entristecido, pero que hacen parte del oficio. Es un trabajo que requiere mucha fuerza mental y de voluntad. Te tiene que apasionar, son muchas horas de rodaje, mucho frío y mucha incertidumbre.
Cuándo no trabaja como actriz, ¿aprovecha para hacer otras cosas a nivel profesional? ¿Cuáles?
Me encanta viajar. Siempre intento encajar viajes entre un proyecto y otro o cogerme fechas para poder viajar porque es lo que a mí me nutre, me hace crecer. Me hace salir de mi zona de confort y de mi burbuja, esa en la que tengo un nombre y cuando salgo a la calle ya me tienen controlada. Al viajar descubro la Kira que llevo dentro. Es la mayor terapia. También aprovecho los parones para disfrutar de la familia, hago cursos de interpretación para reciclarme y busco ratitos para mí y para estar callada y en silencio. Durante las promociones no se hace más que hablar de una y del proyecto en el que se ha participado, y eso cansa.
¿Qué ha sentido alguna vez, pánico escénico o síndrome de la impostora?
Un montón de veces las dos cosas. Pánico escénico de tener la mente en blanco en el escenario y de repente tener un segundo en el que me pregunto quién soy, qué hago aquí, quién es esta gente, qué tengo que decir… Creo que es parte del proceso también de tener el ego en su sitio. Creo que el peor error es tener el ego desbordado y sentir que lo tienes todo controlado, porque eso creo que no te hace crecer, ni ser mejor. Siempre pienso que podría haberlo hecho mejor, pero en el momento no, no lo sientes así. Cada vez intento ser un poquito más amable conmigo misma por aquello de no destruirme. En cada secuencia prefiero vivirlo y disfrutarlo porque si no en ese momento probablemente me haga más daño que aportarme cosas buenas.
¿Ve las películas o las series en las que ha trabajado?
Las veo porque tengo que promocionarlas. Si no lo haces no te acuerdas de nada de lo que hiciste. Para poder valorar y vender una película quiero verla para poder hablar de ella y ver cómo ha quedado. Siempre digo que tú lees una película, ruedas otra y en el montaje queda otra. No tiene nada que ver lo que tú rodaste con lo que luego queda.
¿Cuál ha sido su último sueño y su última pesadilla?
Mi último sueño creo que es el sueño que llevo cumpliendo y teniendo durante veinticinco años: poder mantenerme en esta profesión. Creo que he llegado a donde quería, que es trabajar y mantenerme. Un sueño por el que trabajo cada día. Mi pesadilla es la soledad no escogida.
¿Intercambio de cuerpos o de pareja?
Es como elegir entre papá o mamá. Tanto Quién es quién como Machos alfa me han aportado cosas brutales. Mucha gente me dice, en relación con el personaje de Machos alfa: «Me encanta tu personaje. Me encantaría ser como ella porque tiene una libertad sin complejos y una dulzura y una claridad a la hora de decir las cosas que sería todo mucho más fácil».
¿Navidades en la nieve o en la playa?
Una Navidad en cholas es lo mejor. Estar en cholas todo el día, con el mismo bikini, la misma camiseta, para mí son vacaciones.