Por Julia Laich

Montañas, laderas, valles y barrancos. Ermitas, un santuario y varios refugios. Fauna y flora diversa. Todo ello se encuentra en Urkiola, uno de los parques naturales más bonitos del País Vasco, situado entre Álava y Vizcaya. El parque es un punto de referencia para los senderistas de la zona y un lugar perfecto para pasar un día en familia.

El Parque Natural de Urkiola es un gran atractivo para personas de todas las edades, locales o turistas, que desean conocer sus encantos o practicar algún deporte. Con una extensión de casi seis mil hectáreas, este parque natural protegido está ubicado entre el sur de Vizcaya y el norte de Álava, dividiendo las comarcas vizcaínas del Duranguesado y Arratia y el valle alavés de Aramaio.

Sus montañas calizas, laderas y valles verdes y barrancos rocosos son parte de las sierras de Aramotz-Eskubaratz, los montes del Duranguesado y la sierra de Aragio. Entre sus cumbres más destacadas se encuentra la del monte Anboto (1331 metros), relevante dentro de la cultura vasca por su tradición mitológica –si resulta de interés, vale la pena acercarse a la cueva de Mari, en la cara este de la montaña–.

El acceso al parque es sencillo desde Vitoria y desde Durango. Se puede hacer en coche cómodamente, ya que cuenta con amplias zonas de aparcamiento, o en bus, en el trayecto que une Vitoria y Durango. Urkiola es por esto y por otros motivos una zona ideal para hacer senderismo en familia. La diversidad de sus paisajes y de su relieve permite escoger entre rutas de diferente dificultad, admirando la fauna, la flora y la belleza de sus vistas.

Santuario de Urkiola y alrededores

Accediendo al parque desde la carretera BI-623, se puede aparcar el coche a escasos metros del santuario de Urkiola. Tras una breve subida por una escalinata encontramos esta edificación, que es, curiosamente, el centro geográfico del País Vasco. Aparentemente fue construido entre los siglos VIII y IX –no se conoce a ciencia cierta, ya que no está documentado con exactitud– y la última reforma se hizo en el siglo XX. La estructura interior del santuario difiere de otras edificaciones dedicadas al culto religioso: el altar no se encuentra de frente a la entrada, sino de espaldas. Cuenta además con un colorido mural formado por más de 850 000 piedras pequeñas que representan distintos motivos de la vida de Bizkaia: el mar, el campo y la industria. Por los alrededores del santuario se puede realizar un camino muy sencillo a través del hayedo, donde se encuentra la antigua y renovada Nevera de Urkiola, el mirador de las Tres Cruces y las ermitas del Santo Cristo y de Santutxo.

Rutas fáciles por el parque

Dejando el santuario atrás y avanzando cuesta arriba encontraremos el inicio de diversos senderos. Algunos tienen cierta dificultad y no son aptos para todos los caminantes, como el ascenso al Anboto, pero podemos encontrar otros más sencillos. Uno de ellos es el camino que lleva a Urkiolagirre, desde donde se pueden observar los distintos montes y la ciudad de Durango. Si bien la inclinación del terreno es pronunciada, vale la pena hacerlo despacio e ir admirando las vistas, así como disfrutando de ver el ganado que pasta por allí si se hace el recorrido con niños. Desde Urkiolagirre se puede continuar el camino que discurre cuesta abajo hasta llegar a la fuente de Pol-Pol, de aguas con un gran contenido en hierro.

A partir de aquí, se puede emprender el camino de vuelta rodeando la montaña por su lado izquierdo (mirando hacia el santuario). En este caso es una ruta con muy poco desnivel y muy bien marcada que discurre entre un bosque. En el caso de que se quiera continuar la ruta desde la fuente, existe la opción de caminar hacia el lado derecho hasta la ermita de Santa Bárbara y el refugio Larrano. Desde allí se ve Axpe –un pequeño pueblo que merece una visita– y el Parque Natural de Urkiola desde otra perspectiva.