Por Enrique Areilza

Ilustración por Ilustre Mario

Distintos principios y teorías explican por qué en lo más alto hay mucho inútil. Desde la teoría de Bill Gates de asignar la tarea más pesada a la persona más vaga hasta la de la tira cómica de Dilbert según la cual se asciende a los inútiles para limitar su capacidad de hacer más daño. El conocimiento nos hará entenderlo, pero no más felices por ello.

Tratamos de resumir en este artículo las principales ideas que explican cómo y por qué podemos estar dirigidos/as/es (*) por inútiles de pro.

(*) A partir de aquí nos comportaremos racionalmente en pro de los lectores y asumiremos que en cada sustantivo están representados todos los modelos existentes e inexistentes de sexo, tendencia sexual, asexual y las infinitas otras por llegar.

¿Cómo puede ser que la capacidad del jefe sea muy inferior a la del subordinado?

¿Cómo entender que el gobernante sea mediocre frente al gobernado?

Y esto, ¿desde cuándo es así? ¿Ha sido siempre un mal generalizado?

Para nosotros está claro que ocurre desde siempre y en todo lugar, si bien con intensidad y frecuencia distintas.

Empecemos por las empresas. Hay que distinguir entre públicas y privadas, al regirse por meritocracias diferentes. Así, en la pública se asciende por oposición, decretazo o dedazo. En la privada puede ser por el método del enchufe, del mérito real, del mérito simulado, plan de carrera, carrera planeada, me too o me también, entre otros.

Cuando un ascenso sale mal, cosa que ocurre y mucho, puede deberse a tres razones:

  1. El que asciende no tienen la capacidad de tomar la decisión correcta y el ascendido tampoco.
  2. El que asciende tiene capacidad, pero actúa bajo el principio de Peter, o de Dilbert, consiguiendo que el ascendido sea un peligro en sí mismo y para sí mismo.
  3. El que asciende tiene capacidad, pero actúa bajo el principio de Gates, en este caso el ascendido se encuentra ante un reto que no tiene ganas de acometer.

Aclaremos los teoremas:

  • El principio de Peter, creado por un pedagogo y un dramaturgo, establece que en las organizaciones todo ser medianamente normal irá ascendiendo hasta que, lógicamente, alcanza un nivel que le sobrepasa, es decir, alcanza su nivel de incompetencia. Y ahí se queda. En realidad, tiene lógica. Haces algo bien, ligeramente por encima de la media, y obtienes una promoción. El principio de Peter está demostrado empíricamente. Los equipos de ventas son las estructuras más sencillas de medir. Es habitual ascender al mejor vendedor al puesto de jefe de equipo, esperando que aumenten las ventas de cada uno de sus nuevos pupilos. No es así, ser el mejor vendedor no te convierte en el mejor jefe de equipo. Simplemente no ocurre y, sin embargo, el modelo se repite hasta el infinito y más allá.
  • El principio de Dilbert es como el anterior pero aumentado. Tras su enunciación y éxito se convirtió en el best-seller del mismo nombre (ojo, merece la pena). Lo que nos enseña es que a la gente se la asciende para limitar el daño que puede hacer. Y eso es posible considerando que el efecto sobre los productos y sobre los clientes se realiza en las capas bajas de las organizaciones, los de arriba simplemente no afectan. ¿Les suena de algo?
  • El principio de Gates defiende que la mejor manera de simplificar una tarea difícil, tediosa o dura es poner al frente a alguien excepcionalmente vago, ya que se esforzará en encontrar el mejor atajo posible, para poder seguir vagueando. Este principio no está demostrado y la probabilidad de éxito parece muy baja, lo que nos inclina a creer que fue una táctica manipulativa para que lo utilizase Larry Ellison (Bill Gates y Larry Ellison, fundador de Oracle, son eternos rivales. Hace años tuve la suerte de estar en una reunión de Larry Ellison con su equipo europeo y este hacía chistes con Microsoft Outlook, al que llamaba «Look Out from Microsoft»).

No despreciamos el sufrimiento de los ascendidos. Claro está que con el ascenso vendrán prebendas, pero también está suficientemente probado que esas prebendas solo nos motivan durante un periodo breve de tiempo. Y después de interiorizar las mejoras solo quedarán los sufrimientos generados, bien porque alcanzaron su nivel de incompetencia y se frustran sintiéndose incompetentes, bien porque ya no pueden seguir destrozando clientes o cualquier otra cosa importante.

Dejo para la siguiente revista el caso de los gobernantes y otras organizaciones y desorganizaciones.

Buen vuelo y feliz verano.