Por David Sendra Domènech

Fotografías por Pedro Orihuela

Tras establecerse el protectorado francés, y con una Europa en período de guerras, artistas de medio mundo invadieron Casablanca persiguiendo la oportunidad de crear sin limitaciones. Fue así como la ciudad se convirtió en un laboratorio arquitectónico.

En Casablanca se resume Marruecos, el constante equilibro entre tradición y modernidad, una ciudad vibrante repleta de contradicciones que parece crecer de forma totalmente libre, sin el corsé de exigencias de ningún lado. Con una Europa en período de guerras, los artistas llegaban a la ciudad animados con la idea de poder crear sin límites ni impedimentos, y así fue como se mezclaron, habitualmente de forma armoniosa, estilos radicalmente diferentes para crear edificios sorprendentes, algunos de los cuales aún se mantienen en buen estado.

Jean-François Zevaco fue uno de esos arquitectos. Desarrolló en Casablanca un tipo de arquitectura totalmente comprometida con la modernidad, inspirada en los grandes del momento pero sin olvidarse de que estaba en Marruecos, con su propia idiosincrasia. Su Villa Suissa, hoy convertida en el restaurante Villa Zevaco, unía el diseño británico con las tradiciones marroquíes y destacaba en el aristocrático Anfa por su fachada de vanguardistas tejados volados, curvos y agudos. Él también hizo el pasaje subterráneo y la cúpula de la plaza de las Naciones Unidas (a tiro de piedra del mítico Hotel Excelsior), el punto donde todo empezó, donde el equipo del arquitecto y urbanista Henri Prost ideó la nueva Casablanca y la separación de la nueva y la vieja medina. De hecho, el barrio de Habbous, la nueva medina, fue obra de Auguste Cadet y Edmond Brion, que supieron conjugar modernidad con respeto por el estilo tradicional. La nueva arquitectura rompía y sigue rompiendo con las técnicas y métodos constructivos tradicionales.

Del estilo neomorisco con un punto artístico, historicista y hasta romántico, fascinado con la cultura árabe y de Oriente en general, se dio el salto a un estilo neomarroquí que conjugaba el art déco y el art nouveau. En el Boulevard de Paris encontramos el Banco Al-Maghrib, obra de Edmond Brion, cerca de la plaza Mohammed V, con una imponente fachada de piedra tallada y un interior art déco con patrones zellij, y, casi enfrente, la Oficina de Correos, de Adrien Laforgue, con una entrada neomorisca con los clásicos azulejos coloridos. En las proximidades de la plaza se levanta el Palacio de Justicia, creación del arquitecto francés Joseph Marrast. No muy lejos, al otro lado de la plaza, la Wilaya conjuga un sinfín de elementos, desde el neomarroquí con art déco general al toque árabe-andaluz de los arcos y patio interior, torre del reloj modernista y escalinata monumental veneciana. Sin duda, un excelente ejemplo de la innovación y mezclas armónicas de arquitecturas.

En el Boulevard Mohammed V es donde, posiblemente, más joyas arquitectónicas se presentan, en una especie de museo al aire libre, empezando tal vez por los edificios Glaoui (del arquitecto francés Marius Boyer, que también firma el edificio Assayag II con sus famosas escaleras helicoidales) y Tazi, donde el edificio Maroc-Soir es un ejemplo de estilo neomarroquí y el Cine Rialto, art déco obra de Pierre Jabin, una joya histórica por lo que es y por los grandes nombres que actuaron en él, como Édith Piaf, Charles Aznavour o Josephine Baker. Y no abandones el bulevar sin tomarte un café en Le Petit Poucet, reliquia de los años veinte que frecuentaban Saint-Exupéry, Édith Piaf y Albert Camus, entre otros.

En otros puntos de la ciudad se levantan la Villa des Arts, cerca del parque de la Liga Árabe, con estilo art déco, o la mezquita Hassan II, un templo más reciente diseñado por el arquitecto francés Michel Pinseau en estilo morisco. En la zona de Corniche están también los centros comerciales de AnfaPlace, de Norman Foster, y el Morocco Mall, de Design International. Si lo prefieres, la Asociación Casamemoire, cuyo objetivo es la preservación del patrimonio arquitectónico, tiene rutas guiadas por la arquitectura de Casablanca y así podrás descubrir y entender cuán audaces e innovadores fueron esos arquitectos llegados del extranjero que promovían alta creatividad con calidad incomparable.