Por Paula Albericio.

Ilustración por Capi Cabrera.

Desde julio es el presidente de Canarias gracias al conocido como pacto de las flores, un acuerdo con Unidas Podemos, los nacionalistas de Nueva Canarias y la Agrupación Socialista Gomera. En esta entrevista, Ángel Víctor Torres analiza la gestión realizada durante estos seis meses, en los que ha tenido que lidiar con algunas situaciones graves sin dejar de trabajar en todos los objetivos marcados en la hoja de ruta de esta nueva situación política para el Archipiélago y, sobre todo, en el que define como el reto más importante del Gobierno que preside: “Tener una Canarias más justa y social como prioridad”.

-¿Qué balance hace de estos seis meses de gobierno?

Positivo. Ha sido un período intenso, con mucha actividad y con situaciones graves a las que hemos tenido que hacer frente nada más incorporarnos al Gobierno. Apenas habíamos iniciado la legislatura cuando tuvieron lugar los grandes incendios de Gran Canaria. Una crisis en la que, gracias a la cooperación institucional, el arrojo de los efectivos de emergencia y la ejemplar respuesta de la ciudadanía, no tuvimos que lamentar daños personales. Y eso a pesar de que la Isla sufría unos incendios de enorme potencial destructivo. El cero energético de Tenerife fue otro ejemplo. Se informó puntualmente de los pasos que se estaban dando durante la crisis y en el mismo día, antes de que llegara la noche, la inmensa mayoría de la población de la Isla ya tenía suministro eléctrico. Así esperamos seguir durante los próximos años: trabajando con solvencia, con la verdad por delante, dialogando y con la firme convicción de que si nos mantenemos unidos por los intereses de Canarias, todo puede salir mucho mejor. Se demostró también cuando afrontamos la quiebra de Thomas Cook. Se informó con total transparencia y con la unidad de acción por bandera. En tiempo récord miles de británicos fueron repatriados y la conectividad perdida se fue asumiendo por otras compañías rápidamente.

-Tras la crisis de Thomas Cook, ¿cuál es la nueva orientación que usted dará a la política turística interna y a la promoción exterior?

Esa crisis ha demostrado que Canarias sigue siendo un destino competitivo, maduro y atractivo. Un sector que aquí tiene un tejido empresarial sólido y un capital humano muy profesionalizado. No vamos a dejar de ser una potencia mundial en turismo y vamos a seguir aumentando la promoción en otros países del entorno. Pero sí somos conscientes de que nos tenemos que adaptar a las nuevas formas de viajar y a las exigencias del turista del futuro. Porque ya se está empezando a notar: ahora se viaja con conciencia. No solamente quieren sol, playa, naturaleza o un lugar seguro, también quieren que ese destino sea sostenible. Y esa es la parte que tenemos que trabajar de forma trasversal. Tenemos que mejorar muchos aspectos en la gestión de residuos, en el fomento de las energías renovables, el vehículo cien por cien eléctrico… Todas esas medidas ayudarán a compensar algo que preocupa ya al turista moderno: la huella de carbono. Pretendemos posicionar al Archipiélago como destino sostenible.

-Dos de sus banderas son la justicia social y la sostenibilidad. Dentro de cuatro años, ¿qué logros le gustaría haber alcanzado en esta materia?

Es el reto más importante que tiene el Gobierno que presido. Las cuatro fuerzas políticas que sustentan el pacto de las flores son progresistas y en nuestra hoja de ruta hemos marcado el objetivo de tener una Canarias más justa y social como prioridad. Todos los indicadores sociales son desfavorables y, siendo consciente de que la situación no se arreglará en poco tiempo, sí me gustaría que dentro de cuatro años la pobreza dejara de ser estructural y que no sea hereditaria. Que haya más oportunidades para el que menos tiene: educativas, formativas, culturales, laborales y económicas. Lo que me gustaría es que durante estos cuatro años la tendencia negativa empiece a cambiar y que las generaciones venideras no vean tan oscuro su futuro. Pero la justicia social también tiene que ver con la igualdad de género, con la lucha contra el machismo en todas sus manifestaciones. Estamos dando los pasos oportunos para que Canarias deje de tener cifras tan negativas en todos estos aspectos. Por eso, en los principales ejes de nuestro Gobierno –la economía solidaria, el desarrollo sostenible y la justicia social–, este último pilar es el más importante. Y está todo conectado. El concepto de economía circular que estamos impulsando ayudará a que mejoren las condiciones de vida de nuestra gente y del entorno. Además, estoy seguro de que el proyecto de Ley del Cambio Climático que esperamos llevar al Parlamento en el último cuatrimestre de 2020 nos encaminará hacia una Canarias que seguirá creciendo, diversificándose y explorando, pero siempre con la premisa clara de que en toda actividad es necesario aplicar el principio de la sostenibilidad.

 

-En un entorno de tanta incertidumbre nacional e internacional, ¿cuál debe ser el papel de Canarias para depender menos del exterior?

Precisamente la economía circular también fomenta la producción propia y la comercialización de productos cercanos para depender menos de la importación. Productos cuyo beneficio se distribuya de una forma más equitativa, con menos intermediarios y que generen menos desechos y menos contaminación. Pero nuestra condición geográfica hace más difícil la consecución de esos objetivos. Esa es la razón por la que tenemos que garantizar el cumplimiento de las normas que nos amparan como territorio diferenciado: el Estatuto de Autonomía, nuestro Régimen Económico y Fiscal y también nuestra condición de región ultraperiférica europea. Este Gobierno va a hacer todo lo necesario para que Canarias siga siendo compensada por la lejanía y sus especificidades, para competir en igualdad de condiciones. En cuanto a la desaceleración económica, el brexit, la guerra comercial entre las principales potencias mundiales…, tengo claro que no somos un oasis en el mundo y vamos a tener que batallar.

-¿Cómo afronta un presidente de Gobierno el cambio que supone esa condición en su vida? ¿Cómo hace para compatibilizar la vida familiar y la profesional?

A mí siempre me ha gustado trabajar. Me implico mucho en cada labor que desempeño y eso lo saben mis seres queridos. Lo hice cuando fui alcalde de Arucas, cuando fui diputado en las Cortes o cuando fui vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria. Ahora no va a ser menos. Todo lo contrario: el honor y la emoción que siento por presidir el Gobierno de mis Islas son directamente proporcionales al grado de compromiso y al esfuerzo que pienso aplicar en mí día a día como presidente. Ahora mismo, con cincuenta y tres años, tengo entre manos los proyectos más importantes de mi vida. Sobre todo el de mi familia, con mi hijo de cuatro años, que me da energía para seguir luchando por mis ideales. Lo único que deseo con todas mis fuerzas es que el tiempo que el niño no esté conmigo por mi ocupación se compense con un porvenir más alentador para él y para los que vienen detrás de nosotros.