Por Álvaro Morales

Fotos por Alberto Brito y Cabildo de Gran Canaria

El Archipiélago está de enhorabuena. Al Parque Nacional de Garajonay (concedido en 1986), el casco de La Laguna (1999), el Parque del Teide (2007) y el silbo gomero (2009) la Unesco suma ahora como Patrimonio Mundial el yacimiento de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria. Un espacio cultural de unas 18 000 hectáreas de una relevancia clave sobre quiénes fueron los aborígenes canarios, ya que prueba que crearon su propio calendario solar y lunar, con el que medían los solsticios y equinoccios pese a sus muchos años aislados del exterior. Un motivo más para que los isleños no solo se sientan orgullosos del legado que han heredado, sino, sobre todo, para que lo conozcan, protejan y difundan como merece. Además, España refuerza su casi liderazgo mundial en cuanto a este reconocimiento, al contar ya con 48, solo por detrás de China e Italia, y con el objetivo de lograrlo también para el paseo del Prado y el parque del Retiro el próximo año.

Alberto Brito

El pasado domingo 7 de julio no fue un día cualquiera para el Archipiélago y menos aún para Gran Canaria. Tras el impulso a la iniciativa desde hace tiempo en la Isla, sobre todo por parte del Cabildo, y después de que asumiera la candidatura el Consejo Nacional de Patrimonio Histórico, la última asamblea de la Unesco confirmó que las Islas suman su quinto Patrimonio Mundial con el sitio cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria. Una verdadera joya etnográfica e histórica que demuestra lo avanzados que eran en muchas cuestiones los primeros canarios, ya que prueba, justamente en la cueva conocida como la 6, que tenían un calendario propio con el que calculaban los equinoccios y los solsticios.

Alberto Brito

Para regocijo de la delegación canaria y española desplazada –integrada, entre otros, por el presidente del Cabildo grancanario, Antonio Morales–, los expertos de la Unesco que componen su Comité de Patrimonio Mundial se convencieron de la relevancia de estas 18 000 hectáreas en su 40 reunión, celebrada en Azerbaiyán. Entre otros valores, se resalta la importancia de este enclave, donde existen unas 1500 cuevas, como prueba del proceso único de evolución que vivieron las antiguas poblaciones de las Afortunadas, pueblos amazigs o bereberes que llegaron del norte de África, durante su aislamiento de unos 1500 años, antes de la conquista por parte de la Corona de Castilla, que se prolongó durante casi un siglo. Un reconocimiento a un hecho excepcional y de relevancia universal. Tanto que se reconoce que Gran Canaria es la única isla del mundo que posee santuarios con función astronómica. Además, el jurado valoró mucho los poblados verticales, los graneros fortificados en sitios de muy difícil acceso, los estanques cuevas, templos, necrópolis, las inscripciones líbico-bereberes, las rutas de trashumancia y, sobre todo, el hecho de que este sitio cultural presente la mayor concentración de triángulos públicos rupestres.

Alberto Brito

Este sitio cultural representa nada menos que el 11 % de la superficie total de Gran Canaria. La zona de Risco Caído, la de mayor importancia histórica y cultural, se conserva muy bien, apenas tiene población permanente y cuenta con varios sitios arqueológicos excavados en la roca volcánica por los canarios, que habilitaron una especie de claraboya en su bóveda para los usos astronómicos y de predicción de los equinoccios y solsticios. Eso se logra con la entrada de los rayos del sol y del reflejo de la luna, lo que crea un haz de luz que se proyecta en las paredes e indica la etapa del año.

Entre el equinnocio de primavera y el de otoño, las primeras luces del día recorren las paredes de lado a lado e iluminan diversos grabados rupestres en forma de triángulos que los arqueólogos han interpretado, sobre todo, como símbolos de fertilidad. Por su parte, el solsticio de invierno lo marca la luz de la luna llena.

Alberto Brito

Con diferencia, se trata del marcador astronómico prehispánico más impresionante de la Isla y es uno de los yacimientos aborígenes más espectaculares de Canarias. Estos lugares eran usados por los antiguos pobladores de las Islas no solo para controlar el calendario anual, sino para las siembras y cosechas, aparte de servir para rituales religiosos. Lo más increíble es que, durante siglos, la principal de las cuevas excavadas fue empleada como pajar hasta que, en 1996, se descubrió lo que realmente representaba y su verdadera importancia arqueológica y astronómica. En realidad, lo descubrió Julio Cuenca, quien estuvo presente en la declaración de Patrimonio Mundial junto a la delegación española.

Desde entonces, la difusión de este descubrimiento no ha parado y se refuerza al máximo desde este 2019 con la creación de un centro de interpretación de Risco Caído, situado también en Artenara, abierto de lunes a domingo y de 10:00 a 17:00 horas.

No obstante, el nuevo Patrimonio Mundial que ha conseguido Canarias se asienta también en las llamadas Montañas Sagradas, que incluyen diversos yacimientos arqueológicos en municipios como Artenara, Agaete, Gáldar o Tejeda. Como la de Risco Caído, se trata también de cuevas excavadas en roca volcánica (caliza) que han servido desde tiempos de los aborígenes como viviendas, graneros y cisternas para guardar el agua de lluvia. Los integrantes del jurado de la Unesco que decidieron el reconocimiento calificaron el pasaje de “único y hermoso” y destacaron el “magnífico trabajo” realizado por la delegación española y canaria.

Con este logro, España se refuerza en el tercer lugar en número de patrimonios mundiales, tras China e Italia. Ahora mismo cuenta ya con 48, de los que 42 son culturales, cuatro de tipo natural y dos en los que se mezclan esas características. No obstante, en 2020 se espera sumar dos más con el paseo del Prado y el parque del Retiro, ambos en Madrid, así como el paisaje cultual de la Ribeira Sacra, en Ourense y Lugo, tal y como acordó el Consejo de Patrimonio Histórico el pasado mes de abril.