Por Francisco Belín

Ilustración por Ilustre Mario

Pero ¿dónde buscar?, ¿qué acopiar en la cesta de la compra para tal menester? No estamos hablando aquí de dietas, no; ni de sacrificios extremos para paliar todo lo engullido. Hay que mirar, sin duda, a nuestros mercados y mercadillos: ojear a partir de ahora el género de temporada, emprender con la variedad de todas las islas la senda de la mesura.

Un caldo de papas, de pescado o de millo; un estofado de lentejas menúas, de Lanzarote o Fuerteventura; potaje de berros de La Gomera, o de chícharos, o de judías manto de la Virgen, de la zona de Punta del Hidalgo, en Tenerife.

Hay que mirar, sin duda, a nuestros mercados y mercadillos: ojear a partir de ahora el género de temporada, emprender con la variedad de todas las islas la senda de la mesura

Rebusquemos. Sancocho de buen pescado con batata de Soo (Lanzarote), con excelente aceite de Fuerteventura o de Gran Canaria, de Tenerife, incluso de El Hierro, que la Isla del Meridiano cuenta ya con su propia almazara… En realidad no tenemos que volvernos locos para sentar las madres, y los recetarios de las abuelas y madres serán, en buena medida, el idóneo antiox para desintoxicarnos de grasas, dulces y alcoholes.

Qué tal endulzarnos con mieles, las de Canarias por supuesto, de Tenerife o La Palma. Cada una con su estilo y propiedades digestivas: aguacate, retama, castaño, tajinaste… Valga mencionar que en el Concurso Regional de Mieles 2018 brillaron nada menos que 63 muestras de cinco islas, que se caracterizaron por una excelente calidad como lo demostraron las 16 distinciones que se otorgaron.

Una de orégano de La Palma y otra de Tenerife, con Denominación de Origen Protegida (DOP) de retama del Teide, consiguieron el máximo galardón, denominado Gran celdilla de oro.

¿Y legumbres y hortalizas? Quizá no estemos muy al tanto y es verdad que a veces son producciones de bajo volumen, pero disfrutamos de unas calidades fantásticas para saborear agasajadores platos de cuchara. Garbanzos (La Oliva y los negros o colorados de Taucho y Vallehermoso, estos muy raros); lentejas (la majorera, la de El Hierro o la blanca de Teno Alto, de Tenerife); las alubias o judías mantecas verdes secas de La Laguna, el trigo sarraceno, el asukís o la soja negra, los chícharos…

El papel de la fruta de temporada es esencial en este propósito de desintoxicación y la piña tropical, la de El Hierro o la de Buenavista, no puede ser mejor remedio para ello; mandan los batidos y zumos de frutas, como manzanas, peras, albaricoques, aguacate, tomate…, que en nuestros terruños se dan de fábula.

¿Y legumbres y hortalizas? Quizá no estemos muy al tanto, pero disfrutamos de unas calidades fantásticas para saborear agasajadores platos de cuchara

Calditos de pescado, de lapas (como el herreño de Lorena Machín, en La Restinga); un puchero que calme los hervores de las abigarradas cenas…

Incluso si notamos que nuestro potajito, la crema de bubango o esas lentejas están algo desabridos no vayamos más lejos: nuestras sales marinas. A finales de 2018 se convocó el primer certamen regional Agrocanarias, que redescubrió las mil maravillas para sazonar con flor de sal o sal virgen marina. Cristales maravillosos que con poco multiplican los niveles gustativos y ayudan en esto del concepto saludable que estamos proponiendo en este escrito.

Así contribuimos a revitalizar un patrimonio que está ahí, con ganas de volver al tajo. Un reto continuo el de experimentar con nueva curiosidad el comportamiento de unos granos de sal, la tenacidad y resistencia a la rotura con el dedo, sensación de humedad o sequedad; el grado de solubilidad en boca (rápida, media, lenta), así como si en textura no quedan granos o queda algo, incluso grandes.

Lo dicho, miremos a nuestro alrededor, que, como afirma el chef tinerfeño Jorge Bosch, desde la última punta de El Hierro a la otra de La Graciosa, en producto todo puede considerarse kilómetro cero.