Por Juan José Ramos Melo

@JuanjoRamosEco

Hasta hace no mucho tiempo, el oeste de África albergaba una rica y variada biodiversidad formada por grandes mamíferos y especies emblemáticas del continente, como fueron leones, elefantes y jirafas. La mayor parte de ellos han desaparecido por el avance del desierto y la presión humana, pero en varios rincones de esta región aún sobreviven algunas de estas joyas. Uno de estos lugares es la Reserva Natural Comunitaria de Dindefelo, uno de los últimos refugios de chimpancés en el oeste de África.

Justo en la frontera entre Senegal y Guinea Conakry, en el sureste del primero de esos países, se encuentra la Reserva Natural Comunitaria de Dindefelo, con una superficie de algo más de 13 000 hectáreas. La Reserva fue creada en 2010 para garantizar la conservación de una de las especies más emblemáticas del continente, el chimpancé, y su hábitat natural.

A tan solo una hora en coche de la ciudad de Kedougou se encuentra el corazón de la Reserva, la aldea de Dindefelo, ubicada en una fértil tierra a los pies de una amplia franja acantilada en la zona de las montañas de Fouta Djallon, que sirve como frontera natural con la cercana Guinea. El área está habitada por miembros de la etnia fulani, también conocida como peul, que representa en torno a una cuarta parte de la población y es la segunda más importante del país después de los wolof.

No muy lejos, al sur de la Reserva, se encuentra el afamado Parque Nacional de Niokolo Koba, último reducto de la gran fauna africana en esta región del continente. En este Parque aún sobreviven poblaciones de leones, leopardos, elefantes y otros grandes mamíferos.

La presencia de riachuelos, manantiales y una gran cascada hace de Dindefelo un sitio paradisíaco para muchas especies de flora y fauna, además de servir para el desarrollo de la agricultura por parte de la población local. Aquí las tierras de cultivo se entremezclan con campos de herbazales y áreas de sabana desértica, mucho más frondosa a los pies de la franja acantilada, donde puede llegar a tomar forma de selva seca. Es en esta última formación donde se concentra la mayor parte de la biodiversidad local, especialmente en los pequeños bosquesselváticos de galería junto a riachuelos.

La Reserva alberga más de 300 especies de aves, 17 de reptiles, ocho de peces, cuatro tipos de anfibios y 46 especies de mamíferos, entre ellas cinco especies de primates, mono patas, mono verde, papión de Guinea, galago de Senegal y chimpancé.

En el año 2003, en la Reserva y su entorno se contabilizaron entre 300 y 500 ejemplares de chimpancés. Este amenazado primate se encuentra en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Aquí habita la más rara de las cuatro subespecies conocidas, exclusiva del oeste de África.

Los chimpancés viven formando grupos que deambulan en busca de alimento a lo largo de todo su territorio. Son grandes comedores de frutos y plantas, lo que en ocasiones genera enfrentamientos con la población local. Para evitar este tipo de conflictos el Instituto Jane Goodall ha puesto en marcha un programa de ecoturismo encaminado a conservar la biodiversidad del lugar y potenciar el desarrollo de las comunidades locales, un proyecto ejemplar en la región.

El Instituto Jane Goodall tiene, con base en Dindefelo, un centro de investigación, conservación y formación llamado Estación Biológica Fouta Jallon, inaugurado oficialmente en febrero de 2014 por la doctora Jane Goodall, la afamada primatóloga británica. El pueblo dispone de tres campamentos para turistas, uno de ellos gestionado por la propia comunidad. Para llegar hasta Dindefelo lo ideal es hacerlo desde Kedougou; allí puedes contratar un chófer que te lleve en vehículo todoterreno hasta la aldea. Una vez en la Reserva, puedes visitarla a pie en compañía de algunos de los guías locales formados por el Instituto Jane Goodall. Hacerlo de otra manera es muy difícil y arriesgado para alguien que no conoce la zona.

La cascada de Dindefelo es uno de los mayores atractivos turísticos del lugar: con 115 metros de altura, es la más alta del país. Hay muchas empresas que ofrecen una visita a esta caída de agua, aunque lo ideal es hacerlo con un guía local. Es este uno de los mejores lugares para observar fauna y también puede ser un buen espacio para fotografiar aves y con suerte alguna especie de primate.

Rutas de un día a la aldea de Dande o a la de Afia, al valle de Nandoumary o a la cascada de Segou son otras de las posibilidades que ofrece este recóndito lugar, probablemente una de las zonas más auténticas de Senegal.