Por Aarón Rodríguez González

Fotografías por Jonay P. Matos

Hoy recorremos el interior agreste y hermoso de Gran Canaria y lo hacemos para conocer una de las rutas más emblemáticas de la Isla: la de la Plata, la misma que sirvió durante siglos como vía de comunicación entre sus vertientes septentrional y meridional. La que siguió la ingente cabaña ganadera grancanaria en busca de los abundantes pastos que ofrecían las tierras del sur tras las lluvias del invierno, la que soportó el trajín comercial y el paso de peregrinos que se encaminaban, cada mes de julio, a venerar a Santiago Apóstol en su hogar de Tunte y la que, en el siglo XIX, se convirtió en una de las obras de ingeniería caminera más espectaculares del Archipiélago.

Iniciamos el recorrido, de apenas 10 kilómetros de longitud, en el popular campamento ubicado en el Llano del Garañón, al pie del Pico de las Nieves. Desde allí, atravesamos la carretera GC-600 (Ayacata-Los Llanos) y continuamos paralelos a ella entre un pinar que se vuelve cada vez más abierto a medida que descendemos hacia el Llano y Cortijo de Pargana. Al alcanzar el Paso de la Plata, entre el tremendo saliente rocoso de El Puntón y el risco de Las Carapachas, nuestros ojos no darán crédito al espectáculo que se despliega ante ellos: una vía empedrada serpentea abrazada a la roca esquivando el abismo con elegantes revueltas que conducen hasta la Gollada de la Cruz Grande, allá donde se dan la mano los caminos del sureste con los del suroeste. Como mágico telón de fondo, el árido, abarrancado y salvajemente hermoso sur de la Isla, tan diferente del norte que parecen haberse forjado en latitudes diferentes: no en vano se dice de Gran Canaria que es un continente en miniatura. No falta razón en este dicho. En la degollada, nos encontramos en el kilómetro 6 del recorrido y, tras cruzar la carretera, continuamos el camino hacia Tunte, adentrándonos en el hermoso pinar que tapiza las laderas de la Montaña de la Cruz Grande. Cruzamos el barranquillo del Agua primero y la Cañada Honda después, antes de rebasar las Toscas Blancas, lugar desde el que el pueblo se nos presenta a la vista. Accedemos a él por la urbanización de San Antonio y finalizamos nuestro recorrido en la iglesia de Santiago Apóstol, a algo menos de 900 metros de altitud.

Desnivel positivo: 250 metros de descenso.

Desnivel negativo: 1.020 metros de descenso.

Longitud: 9,6 kilómetros.

Cota máxima: 1.657 metros de altitud.

Cota mínima: 892 metros de altitud.

Lugares de interés cercanos: en las inmediaciones de Garañón, al comienzo del sendero, se encuentra tanto el emblemático Roque Nublo como el Pico de las Nieves, la máxima altitud de la isla de Gran Canaria (1.949 metros).

Observaciones: en el camino de la Plata hay un pequeño riesgo de vértigo.

¿Sabías que?: el camino de la Plata no solo fue una vía importantísima de comunicación para la trashumancia o “mudá” del ganado, sino que está incluido en el mayor espacio natural protegido de la Isla, el Parque Rural del Nublo.