Por Fran Belín

El archipiélago africano, que junto a Canarias, Madeira, Azores e Islas Salvajes conforman la Macaronesia, luce con su cocina alegre, colorista, festiva y sabrosa. Territorio y cocina que ha influenciado notablemente a algunas zonas del planeta debido en parte a la comercialización y desplazamiento de emigrantes a las diferentes zonas de América, en buena parte y curiosamente a Estados Unidos.

En la isla de Boa Vista son apreciadas las sopas como el caldo de peixe; las bananas enroladas (plátanos fritos envueltos en una masa) y la manga de conserva (una mezcla no azucarada realizada a partir del mango), camarones, pulpo panado… De corte criollo (creole) es la emblemática cachupa. En el campo, la gente tiende a recurrir a la mandioca, los frijoles y algunas hortalizas;  hay platos similares a la feijoada brasileña (arroz pintado) con singulares formatos de cocción.

En épocas de abundancia o en ocasiones especiales este guiso estará repleto de salchichas, carnes y verduras frescas y será entonces chachupa rica. En definitiva, esta gastronomía bebe de fuentes portuguesas y preparaciones autóctonas, caso del pastel com diablo dentro, una mezcla de atún fresco, cebollas y tomates envuelta en una masa hecha con papas guisadas y harina de millo que se fríe y se sirve caliente.