Por David Lorenzo
En las zonas más montañosas de Canarias resultaba casi imposible la comunicación entre los pastores y las aldeas. Ya en la prehistoria los pueblos indígenas/aborígenes se habían dado cuenta de este problema. Por esto mismo comenzaron a pensar sobre un método que acabó siendo revolucionario. La comunicación usando el silbo permite comunicarse a través del eco. Aunque posiblemente era común en todas las islas canarias hoy sobrevive gracias al silbo gomero.
El silbo gomero es un idioma por sí mismo. La comunicación entre dos personas que lo usen es completamente fluido. Aunque parezca que no están comunicándose la realidad es otra. Gracias a ello podían hacer llegar la información a cualquier punto de la isla en poco tiempo. El sonido puede, según muchos expertos, escucharse hasta 3 kilómetros de lejanía (siempre que el viento esté a favor).
Consiste en una técnica bastante sencilla pero no por ello impresionante. Colocando en la boca uno o dos dedos se van deletreando sílabas basadas en seis sonidos diferentes. El resto de tonos se logran colocando los dedos en diferentes posiciones. Obviamente un oído que no está acostumbrado no es capaz de entender nada.
Se puede decir que la labor de conservación del silbo gomero en la isla es encomiable. El silbo gomero ha tenido que superar épocas muy duras. Ni la aculturación fue capaz de acabar con esta tradición prehistórica. Mientras que en otras islas desapareció ellos lograron conservarlo con orgullo. Incluso fueron capaces de superar los peores escollos. Los gomeros incluso han sido capaces de evitar su pérdida durante el siglo XX, etapa en la que se han perdido muchas tradiciones.
Pocos saben que el silbo gomero ya no es solamente una forma de comunicación peculiar. Además ha sido nombrado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Fue en el encuentro de Abu Dhabi donde esta prestigiosa organización decidiese en 2009 darle este título.
No es para menos. Hoy la pervivencia del silbo está garantizado gracias al trabajo realizado por el Cabildo de la isla así como de innumerables asociaciones y personas individuales como Isidro Ortiz. Actualmente muchos jóvenes están aprendiendo el silbo gomero en los colegios y son continuas las demostraciones púbicas y cursos para la población que todavía no sabe nada sobre el silbo.
Solo esperamos que con el paso de los años y con motivo de la globalización la bella tradición del silbo gomero no se vea en peligro de desaparecer y que sus gentes se sientan orgullosos. Las futuras generaciones tienen el derecho y la obligación de defender la costumbre para garantizar su posteridad.
Para saber más:
- Correa Magdalena, Fernando (2015) El silbo gomero, patrimonio de la humanidad.
- Trujillo Carreño, Ramón (1978) El silbo gomero. Análisis lingüístico. Santa Cruz de Tenerife: Instituto Andrés Bello