Por Carlos Fuentes
Esquiar en el desierto es posible y está más cerca de lo que parece. En Marruecos, donde cada final de año las nieves cubren las principales montañas de la cordillera del Alto Atlas, varias pistas de esquí están abiertas al deporte invernal por antonomasia. ¿Esquiar en África? Claro que se puede y el destino se llama Oukaimeden, una estación de esquí a ochenta kilómetros al sur de la ciudad de Marrakech, la principal puerta turística del país.
La carretera parte de la ciudad roja, uno de los nueve destinos marroquíes Patrimonio de la Humanidad, y enfila rumbo sur hacia las montañas. Nuestro destino es la provincia de El Haouz, una de las nueve que integran la región de Marrakech-Safi. La estación de esquí de Oukaimeden se encuentra en la ciudad homónima de seis mil habitantes. Su economía depende en gran medida del turismo de esquí con una temporada de pistas abiertas que abarca cuatro meses, de diciembre a marzo.
Oukaimeden se encuentra a 2.620 metros de altitud sobre el nivel del mar, lo que hace de sus pistas de esquí uno de los destinos de nieve más elevados de todo el continente africano. Cerca se halla el pico Jbel Attar, que con 3.258 metros de altitud es una de las diez montañas más altas de Marruecos. La zona de esquí se extiende entre estas dos cotas y la estación dispone de remontes con telesillas para desplazar a los deportistas.
Las rutas principales se denominan Grand Combe y Pistes des Mouflons, aunque ninguna de ellas supera los tres kilómetros de longitud en recorrido continuo con esquíes. En total, la estación de Oukaimeden tiene una extensión de trescientas hectáreas con una veintena de pistas abiertas en función del nivel de nieve. Juntas superan veinte kilómetros, a través de siete remontes con capacidad para atender a cuatro mil esquiadores por hora. La oferta de servicios también es amplia y oscila entre veinte euros por alquilar botas y esquíes a cinco euros por una clase práctica. En el destino invernal de Oukaimeden también existe una aceptable red de hoteles, albergues y restaurantes para atender a los esquiadores. Otros lugares de estancia alternativos son las pequeñas villas rurales de Asni, Ouirgane o el vecino valle de Ourika. En Oukaimeden, no obstante, está previsto ampliar la oferta alojativa con once nuevos hoteles y una pista de golf para primavera.
Además de practicar esquí en pista, el Alto Atlas también ofrece la posibilidad de realizar esquí de montaña a través de algunos de los picos más elevados del país. El destino es Imlil, valle de nieves invernales a diez kilómetros al suroeste de Oukaimeden. Desde aquí se impone en el horizonte una de las montañas más emblemáticas de Marruecos, el pico Toukbal. Sus 4.167 metros merecen el nombre de “tierra que se eleva por encima de las demás”. El primer europeo que llegó a su cima fue el francés René de Segonzac. Ocurrió el 12 de junio de 1923, aunque en el pueblo gana la idea de que la montaña ya había sido conquistada antes. Sí está claro que el Toukbal es el pico más alto de Marruecos y de todo el norte de África.