Por Cristina Torres Luzón

Ilustración por Ilustre Mario

La educación y la salud han ido evolucionando en las últimas décadas en España. Dentro de este proceso de cambio ha surgido la necesidad de implantar la figura de la enfermera escolar, reclamada tanto por profesionales educativos y sanitarios como por padres y asociaciones. Pretende dar cobertura asistencial, a la vez que se instaura como un pilar para la promoción y la prevención a través de la educación en salud.

Cada vez se escucha más en los medios de comunicación la demanda de la implantación de la enfermera escolar. En septiembre de 2018 el director del Servicio de Salud Canario (SCS) y el director general de Ordenación, Innovación y Promoción educativa de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno regional mantuvieron una reunión para avanzar en el proceso de implantación de la enfermera escolar en los centros educativos del Archipiélago, dentro del proyecto Estrategia NursingNow, que está desarrollando el SCS.

A nivel nacional, no existe todavía una respuesta por parte del Gobierno sobre esta demanda social. El Consejo General de Enfermería “ha considerado que todos los centros escolares de España tengan, al menos, una enfermera en plantilla”. Sin embargo, son las comunidades autónomas las que van proponiendo esta iniciativa según sus posibilidades o intereses.

Pero ¿qué está pasando en la sociedad para que sea necesaria una enfermera escolar?

Se sabe que muchos de los problemas de salud pública derivan de hábitos de vida no saludables, que se van adquiriendo en la infancia y con el paso de los años son más difíciles de cambiar. Un ejemplo es la presencia de enfermedades como la obesidad o la diabetes, que van teniendo mayor presencia en la sociedad y, lo que es peor, en los menores. Las causas principales son la inactividad física y la alimentación poco saludable, factores de riesgo en los que se puede intervenir desde la infancia.

Otro foco de problemas de salud en la población infantil y adolescente lo encontramos en las adicciones, cada vez más presentes en los menores con el uso de las tecnologías, los hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol, que aparecen en edades más tempranas, o el inicio de prácticas sexuales de riesgo que conllevan embarazos no deseados y la trasmisión de enfermedades sexuales.

Los casos de acoso escolar y el riesgo de suicidio entre la población adolescente son otras cuestiones graves a las que prestar atención. Nuevas formas de acoso, mayor presencia de violencia en los medios y padres cada vez más saturados y absorbidos por las demandas de su día a día acaban dejando a los menores en una situación mayor de vulnerabilidad.

Por otro lado, la presencia de alergias alimentarias, ataques de asma, crisis convulsivas, enfermedades crónicas con cuadros de descompensación… van siendo una realidad en los centros escolares y generan una sobrecarga en los docentes y una preocupación en los padres cuando dejan a sus hijos en los colegios.

Vemos cómo son muchos los aspectos que requieren actuación de los profesionales de enfermería en el ámbito escolar. Más allá de prestar una práctica asistencial sanitaria a través del control de los niños con enfermedades crónicas y su adherencia al tratamiento, así como la atención de casos de urgencia que se den en las instalaciones educativas, debemos centrar la atención en la prevención y la promoción de la salud.

La presencia de la educación en salud en cada tramo de escolaridad como recurso para poder intervenir desde edades tempranas en la adquisición de hábitos saludables e información sanitaria se convierte en la principal fuente donde invertir para conseguir combatir grandes problemas de salud pública.

Asimismo, la intervención en salud de la enfermera escolar no debe limitarse al alumnado, sino que debe dar paso, a través de las asociaciones de padres y el profesorado, a la puesta en marcha proyectos saludables y talleres educativos que abarquen no solo a alumnos sino a los padres, involucrándolos en los cambios de hábitos.

Instaurar dicha figura en los colegios es el primer paso para avanzar hacia generaciones más saludables y concienciadas con estilos de vida saludable. Una apuesta con la que ganamos todos.