Por David Lorenzo

San Sebastián de La Gomera es el puerto de entrada a la isla desde la conquista castellana en 1450. Autores, como Manuel Armas Herrera, afirman que en ella se fundó la primera capital del archipiélago. Bella villa cargada de curiosidades y de historia en cada esquina.

El fundador de San Sebastián fue el Conde de Canarias, Don Hernán Peraza el “Viejo”. Eligió establecerse en este lugar después de la pérdida de su hijo, que fue un duro varapalo para él y su familia. En ella levantó un pueblo que fue durante décadas el centro de poder de la familia Peraza. En esta etapa se construyen algunos edificios de interés, como es el caso de la ermita de San Sebastián (que le da nombre a la ciudad), la casa señorial, la Iglesia de la Asunción, etc.

El lugar no fue elegido por casualidad. Su abrupto paisaje protege la ciudad en sus laterales, obligando a entrar en la ciudad de frente. Por otro lado tiene uno de los mejores puertos de Canarias. El casco urbano se distribuye en un golfo semicircular muy fácil de proteger. Además esta forma hace que sea un excelente puerto de abrigo.

A finales del siglo XV San Sebastián era uno de los principales núcleos urbanos de Canarias. También su puerto era el más importante del archipiélago en este momento. Tal fue la relevancia de la Villa que se convirtió que en ella se alojó Colón antes de descubrir América. Aprovechando su escala en las islas Colón se abasteció y continuó su viaje en busca de una ruta a Indias por el oeste.

San Sebastián fue, poco a poco, protegiéndose con una serie de fortalezas tal y como ocurrió con el resto de islas del Archipiélago. Algunas de ellas hoy desaparecidas (a veces olvidadas) son las siguientes:

  • Torre del Conde. Un símbolo no solo de la historia militar de la isla sino de toda Canarias. Antiguamente conocida como Torre de los Peraza el edificio fue construido por Hernán Peraza el Viejo. Su objetivo no era solo el de proteger a la isla de ataques externos sino también de los internos. Gracias a ella salvó la vida su mujer Beatriz de Bobadilla durante “La Rebelión de los Gomeros”, sucedida en 1488. Antiguamente contaba con una plaza que se encontraba amurallada a su alrededor.
  • Castillo del Buen Paso. Se localizaba en la montaña del Buen Paso, de donde recibió el nombre y desde su posición privilegiada permitía la defensa de todo el puerto. Fue construido a finales del siglo XVI tras la visita del ingeniero Torriani. Además de más barato el ingeniero cremonés creía que era más útil esta nuevo edificio que reforzar la Torre del Conde, ya anticuada. Tenía forma de herradura, lo que facilitaba la defensa marítima de San Sebastián.
  • Castillo de los Remedios o principal de San Diego. Como vimos antes, a pesar de que la Torre del Conde sufrió algunas modificaciones durante el siglo XVI, esta era totalmente inoperante. Es por ello por lo que durante el siglo XVII se decidió construir un castillo moderno que sirviera para defender San Sebastián. En el siglo XVIII tiene una importante ampliación. Se crea al lado del castillo una edificación que servía como patio de armas. Funcionó por primera vez en la defensa de la Villa durante el ataque de Charles Windham. Desgraciadamente fue destruido en los años 60.
  • Otras. También existían otras pequeñas fortificaciones que servían para defender el resto del puerto. Tenemos como ejemplo la batería de tres cañones (pequeña batería de defensa llamada así por el número de cañones que tenía). Igualmente destacaba la fortificación de la Punta de los Canarios (se tiene dudas de que existiera por los pocos datos que hay sobre ella). También habían atalayas de vigía (la del Llano de la Villa) para localizar barcos antes de que llegaran a puerto.

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Gracias a estas fortalezas San Sebastián estaba defendida. Pero no siempre fue así. Por ejemplo Pieter Van der Does invadió en 1599 la Villa, al igual que sucedió con Las Palmas de Gran Canaria. Esto dejó claro que la protección de la isla estaba comprometida con la Torre del Conde.

Aunque San Sebastián tuvo una importancia en el archipiélago durante el siglo XV va a ir perdiendo peso a partir del XVI y en adelante. Una de las principales causas que lastraron a la capital gomera fue el control económico y jurídico señorial. Es decir,  La Gomera dejó de crecer en favor de las islas de realengo por las dificultades que traía comerciar desde la isla. Esta situación también afectó al resto de islas de señorío.

A pesar de que la isla sufrió ataques piratas importantes (por ejemplo de los piratas Capdeville, Van der Does y Windham) también fue puerto de escala para algunos de ellos. En muchos de los casos se buscaba sacar un beneficio económico. Con esto intentaban suplir su veto a comerciar con América (solo podían Gran Canaria, La Palma y Tenerife, al ser islas de realengo).

Otras veces se llegaba a un trato con los piratas. A cambio de dejarles fondear en San Sebastián la Villa no era atacada.  Así que fue común durante los siglos XVI, XVII y XVIII que muchos piratas hicieran escala en el puerto de la isla. Esto, obviamente, estuvo cargado de polémica. Muchas islas criticaban que esto atraía a más bucaneros y que de esta forma se incrementaba la inseguridad de las aguas canarias.

La situación de miseria que se vivía en toda la isla durante el siglo XVIII ocasionó una rebelión contra los condes en 1762 (no fue la única). Mientras los señores de La Gomera vivían con suntuosidad, gobernando desde Tenerife, los gomeros pasaban hambre. La situación fue aprovechada por las grandes familias de la isla para derogar el régimen señorial, pero no tuvieron éxito.

Para el siglo XIX la situación de La Gomera seguía siendo de crisis económica y carestía. Aunque la economía mejoró gracias al Reglamento de Libre Comercio (1778) no se solucionó del todo la falta de empleo de la isla. El estancamiento del mercado del vino afectó duramente a toda Canarias. La situación cambió a finales del siglo gracias al plátano.

Con la llegada del siglo XX San Sebastián tuvo un importante crecimiento que se mantuvo hasta los años 50. Con el desarrollismo muchos gomeros emigraron a las islas capitalinas, pero también a la capital de la isla. El paisaje de la Villa cambió por completo desde este momento. Mucho espacio agrícola ha desaparecido a causa del crecimiento urbano. Aún así San Sebastián de La Gomera no ha perdido su encanto y nada parece indicar que lo vaya a perder.

Para saber más:

  • Álvarez-Prieto, José Félix “Arquitectura militar en las islas Canarias. Gomera”
  • Jerez Darias, Luis Manuel (2008) “Las transformaciones socio-espaciales de San Sebastián de La Gomera en el siglo XX: Entre la agricultura y las actividades terciarias”. En Papeles de Geografía. Murcia: Universidad de Murcia
  • (2016) “La Gomera en el siglo XVI: Economía y morfoestructura urbana”. En es. Enlace: https://goo.gl/qqDP5m