Por Álvaro Morales

Fotografías por Rocío Eslava

Nunca estará en un listado de las mejores playas de Canarias. La componen básicamente callaos en gran parte del año y, salvo en las mareas bajas y dormidas, resulta muy complicado disfrutar de zonas de arena apetitosas y amplias. Y, sin embargo, la playa de Argaga, tras el célebre puerto de Valle Gran Rey y justo en la linde con el municipio de Vallehermoso, tiene sobrantes atractivos que aconsejan una visita. Sobre todo, porque sirve de nuevo ejemplo de ese afán humano de ir un poquito más allá, de saber qué hay detrás, qué se esconde y a dónde lleva un camino de tierra. Tras atravesar la avenida costera de Valle Gran Rey, el principal referente turístico y económico de La Gomera, y acabar en el muelle y su pequeña y coqueta playita familiar de fina arena, la pista que lleva a Argaga resulta irresistible para los aventureros que quieren seguir investigando. En muy poco tiempo, bien caminando o en coche, esa tierra nos regala una digna estampa de un espacio sin explotar urbanísticamente, con contraste verde en una finca anexa, unos acantilados tostados por el asiduo sol y la sensación de libertad que da ser otro enclave naturista de una isla, aún, con aura alternativa y hippie.

La joya turística de La Gomera, la perla del descanso soleado y aromatizada aún por la rebeldía hippie de los 60 y 70, Valle Gran Rey, cuenta con más sorpresas playeras de las que se podría pensar. A la célebre playa del Inglés de la vertiente que mira al norte se suma la cala principal, acompañada por la avenida marítima, el conocido charco del Conde y la playita del muelle, ya en la parte más al sur. Sin embargo, la oferta incluye también una cala mayormente de callaos y con arena en algunas zona cuando la bajamar es plena y en las etapas estivales u otoñales, cuando el mar se amansa aún más en un litoral, de por sí, de oleaje suave o dormido. Responde al nombre de Argaga y sirve de colofón a un pequeño paseo desde el puerto de este municipio referente del turismo en la Isla.

Llegar es bastante sencillo, pues basta con alcanzar la playita del puerto, recientemente ampliado y que ha vuelto a acoger barcos de pasajeros hacia Playa Santiago y la capital (San Sebastián), y tomar la pista de tierra anexa al pie del acantilado. Se puede hacer a pie, en bici o en coche, aunque el trayecto es tan corto que aconsejamos hacerlo sin vehículo en pro del disfrute y de no erosionar más la zona. Al poco, haremos un pequeño giro en un saliente de la montaña y veremos ya la estampa de la cala, con sus numerosos callaos de distinto porte, dependiendo de las mareas y la etapa del año, y algunas partes arenadas que facilitan los baños. A la izquierda, la postal se naturaliza aún más con una finca a pie del acantilado y junto a la pista que le da una pincelada verde a un rincón que, por no haber sido explotado, supone ya un considerable contraste con los distintos núcleos urbanizados de esta parte del litoral de Valle Gran Rey. Se trata, además, de una playa situada justo en la linde con el municipio de Vallehermoso (el único que atraviesa la isla de norte a sur) y la tranquilidad que ofrece solo se ve alterada ahora por los barcos que hacen la ruta sur o las pequeñas embarcaciones pesqueras, de recreo o de otro tipo que entran y salen del puerto.

Por lo demás, la cala supone una alternativa más para los naturistas, con lo que la oferta para los nudistas en la zona no se limita solo a la playa del Inglés. Eso sí, se trata de un lugar más complicado para tostar todo el cuerpo al sol por la falta de arena, lo que obliga a ingeniárselas lo mejor posible con las piedras más lisas o estar atentos a las áreas con arena que se vayan descubriendo. Los baños también presentan algunas dificultades por la masiva presencia de rocas de distinto tamaño, aunque el mar generalmente tranquilo, «echado» que decimos por aquí, reduce esos obstáculos. Una vez superada la parte en la que se hace pie o incluso en esta área si no molesta mucho el roce de las piedras, los baños resultan placenteros; sin olvidar, por supuesto, que el puerto está justo al lado y conviene no alejarse mucho, no solo por las corrientes, sino por el paso de embarcaciones con cierta asiduidad.

Por sus características, muchos visitantes solo llegan a esta parte por los paseos, desde horas tempraneras hasta las de la puesta de sol, si bien el astro rey se esconde hacia la otra vertiente según la orientación de la cala. Pese a la cercanía al mundanal ruido, este rincón nos permite aislarnos y sentir más cerca la naturaleza virgen, con buenos ejemplos de lo acantilada y abarrancada que es La Gomera, con el siempre imprescindible, cautivador y rejuvenecedor baño del Atlántico. Una prueba de que ese afán humano por saber qué hay más allá, por investigar y descubrir, por averiguar adónde nos lleva esa pista de tierra, vuelve a deparar una agradable sorpresa para los sentidos. Y si queremos completar el día, bien para almorzar o cenar, el entorno del puerto y de este extremo del litoral local viene jalonado por varios restaurantes que le pueden poner un broche genial a una visita muy recomendable a un municipio y una isla de ensueño.

DETALLES:

Ubicación: en el suroeste de La Gomera, tras el puerto de Valle Gran Rey y en la linde con Vallehermoso.

Socorristas: no.

Playa surfista: no es lo habitual.

Restaurantes: amplia oferta muy cerca, junto al puerto y esta parte de la muy turística costa de Valle Gran Rey.

Baños: no.

Duchas: no.

Sombrillas y hamacas: no.

Adaptada para discapacitados: no.

Aparcamientos: algunas plazas en la pista de tierra, pero se recomienda ir a pie por su cercanía y lo placentero del paseo y de las vistas.

Transporte púbico: taxis y guaguas hasta el muelle.

Perros: sí.

Curiosidades: desde hace unos años, los bañistas no solo contemplan las embarcaciones pequeñas o medianas que salen y entran al puerto de Valle Gran Rey, sino los barcos mayores que vuelven a conectar esta parte clave de La Gomera con Playa Santiago y, sobre todo, San Sebastián y, por ende, Los Cristianos, si bien ya se está pidiendo que haya rutas directas con el sur de Tenerife y otras islas.