Texto Cristina Torres Luzón
Imagen Carla Garrido
El sueño es uno de los pilares fundamentales en la salud de cualquier ser humano. Hablamos de una necesidad fisiológica que evoluciona según van pasando los años, cambiando los patrones de sueño y las circunstancias que influyen en él. Si queremos mejorar nuestro descanso es importante que seamos conscientes de los factores que le afectan negativamente, los cuales se pueden clasificar en tres grupos: psicológicos, fisiológicos y del entorno.
Los factores psicológicos principales son el estrés, la ansiedad, la depresión, los miedos, las preocupaciones… A pesar de existir tratamientos médicos para paliar estos problemas, resulta indispensable abordarlos de la mano de un profesional de psicología. Aprender a enfocar las situaciones que nos alteran y buscar los recursos para afrontarlas se convierte en un paso esencial para poder tener realmente un descanso reparador.
En cuanto a los factores fisiológicos, podemos destacar el dolor, el tipo de alimentación, la respiración bucal, los problemas respiratorios, los problemas urinarios… Muchas veces no caemos en la cuenta de cómo un problema de salud no atendido acaba agravando nuestro estado y generando nuevos problemas.
Abordar la salud desde una perspectiva integral nos puede ayudar a encontrar la base de los problemas y dar con la tecla idónea que ayude a revertir la situación.
Quizás ahora seamos más sensatos a la hora de valorar y cuidar nuestro descanso, indagando las causas que lo dificultan y buscando las soluciones, recordando que dormir no es solo cuestión de cerrar los ojos.