Texto Raquel Álvarez
Imagen Carlos Novella
Situada a 1160 metros de altitud, rodeada de montañas, Ouarzazate significa ‘sin ruido’ o ‘silencio total’; es una población del sureste de Marruecos muy conocida también como la puerta de desierto.
Bienvenidos al festival de los sentidos, casi un escenario de Las mil y una noches. De hecho, aquí se encuentran los estudios cinematográficos más importantes de todo Marruecos y parte de África (hay quien dice que son los más extensos del mundo), donde se han filmado desde la mítica Lawrence de Arabia a la mundialmente polémica La última tentación de Cristo o éxitos como Star Wars, Juego de tronos, La momia, Gladiator o Astérix y Obélix, Misión Cleopatra.
Además de los estudios de cine, se recomienda visitar el mercado central, riquísimo en especias y cuero, la plaza Al Mouahidine y, por supuesto, la postal más internacional, que es la casba Taourirt (una fortaleza de adobe levantada en el siglo XVIII para controlar el mercado del oro entre Marrakech y Tombuctú).
En Ouarzazate se produce la simbiosis perfecta entre la lengua arenosa de uno de los desiertos más extremos del mundo, sus pequeños oasis de película y las admiradas mujeres y hombres del desierto, llenos de leyendas, coraje y sabiduría. Disfrutar de sus voces, historia y cantos ya ha valido la pena.
Ver el amanecer en la garganta del Todra (un cañón de fama mundial, con paredes de hasta trescientos metros de altura) puede convertirse en una de las mejores experiencias de tu vida.
De hecho, imprescindible en esta escapada es adentrarse en el desierto en cuatro por cuatro o en camello y pasar una noche bajo el cielo lleno de estrellas, en mitad de la nada. Una experiencia única. Este lugar es un ejemplo mundial en energías limpias, con una enorme planta fotovoltaica que produce 160 megavatios.
Las pujantes industrias del cine, la energía, el comercio y el turismo contribuyen a que haya una oferta alojativa muy competitiva, con establecimientos de todas las categorías y la tradicional y acreditada hospitalidad del Magreb.
Para los que deseen planear un viaje de más duración, pueden tomar Ouarzazate como campamento base y explorar un mundo de sensaciones hacia el norte o hacia el sur o la costa, como un palmeral único en todo Marruecos por su frondosidad y extensión –a solo cuarenta kilómetros por carretera– o visitar el mismísimo Marrakech.