Texto por Dres. Enrique Verdier y Christian Wilches*

Ilustración por Ilustre Mario

 

¿Qué pasa si jugando al fútbol me doy un golpe y se me sale el hombro?, ¿tendré que operarme? ¿Y si me caigo en la bici y se me descoloca la clavícula? ¿Es normal que lleve tanto tiempo con dolor en el hombro y ya no me deje ni entrenar? ¿Por qué me duele el hombro ahora, si llevo años nadando o jugando al tenis sin ningún problema? ¿Será que me estoy haciendo mayor para seguir haciendo tal o cual deporte?

Estas y otras son preguntas frecuentes en muchos deportistas y la mayoría tienen respuesta, vamos por partes.

Si bien es cierto que la edad influye en el rendimiento deportivo y por eso no se baten marcas a determinadas edades, no es menos cierto que una progresiva adecuación a nuestras condiciones físicas y una vida deportiva sana y bien planificada evitarán un altísimo número de lesiones.

La mayoría de las lesiones de hombros en los deportistas aficionados se deben a una práctica deportiva irregular, en muchos casos sin la preparación adecuada, o también a esfuerzos por encima de lo aconsejable, entrenamientos mal diseñados, técnicas deportivas poco depuradas, etc.

Los esfuerzos repetidos y continuos sin trabajos específicos de compensación y los traumatismos fortuitos son la mayor fuente de lesiones de los hombros. Empecemos con los golpes.

–¿Qué pasa si me caigo durante un partido y se me salen el hombro o la clavícula?, ¿me lo pueden colocar y sigo jugando o pueden ser lesiones serias?

En estos casos el consejo es claro, si notas que se te sale el hombro o la clavícula debes acudir a un servicio de urgencias donde te practicarán una radiografía y te reducirán el hombro o te inmovilizarán la clavícula, según sea el caso. Olvídate de seguir jugando. El segundo paso será ir al traumatólogo, que completará el estudio con una resonancia magnética y/o un escáner para determinar el alcance de la lesión.

En el caso del hombro, el tratamiento propuesto será quirúrgico en la mayor parte de las ocasiones; hay que reconstruir los tejidos dañados. Esto va a suponer una cirugía artroscópica con uno o dos días de ingreso, seis semanas de cabestrillo y una rehabilitación de dos o tres meses. Normalmente a los seis o los ocho meses estarás jugando de nuevo sin problemas.

Si es la clavícula, dependerá del grado de la lesión: las menos graves se tratarán con inmovilizaciones de varias semanas y rehabilitación, pero las peores tendrán que pasar también por el quirófano. Los tiempos de recuperación serán similares a los del hombro.

–Yo no me he dado ningún golpe, pero me duele muchísimo. He dejado de jugar o de entrenar unas semanas, pero no se me pasa. Por las noches aumenta el dolor. ¿Qué ocurre?

En estos casos lo normal es que hayamos hecho algún mal movimiento o un sobreesfuerzo. Muchas veces no somos ni conscientes de ello. En la mayor parte de las ocasiones son inflamaciones agudas de la bursa o de los tendones del manguito rotador, que acaban cediendo con el tiempo, el reposo, los tratamientos antinflamatorios y la fisioterapia. Si no fuera así, nuestro consejo de nuevo es acudir al especialista de hombro.

Disponemos de pruebas indoloras como las ecografías o las resonancias nucleares para saber si estamos hablando de un proceso inflamatorio o hay algo más.

–He oído que las infiltraciones en estos casos a veces ayudan y a veces pueden empeorar las lesiones. ¿Es cierto?

Las infiltraciones con anestésicos y antinflamatorios corticoideos son efectivas y pueden ser aconsejables en los casos agudos, pero no se deben utilizar para tratar las inflamaciones crónicas porque pueden contribuir a debilitar más los tejidos dañados.

–¿Y si algún tendón está roto?

Las roturas de los tendones sanos son muy infrecuentes, normalmente son tendones ya castigados por movimientos cíclicos repetitivos y durante años. Son más frecuentes en nadadores, jugadores de pádel o tenis o en deportes de lanzamiento como balonmano, vóley, etc. Hoy en día también son muy frecuentes en las personas que practican musculación.

Si el tendón está roto, la reparación mediante cirugía artroscópica es el tratamiento de elección. Es muy importante una rehabilitación prolongada concienzuda antes de volver a las andadas.

–¿Y si no están rotos, pero están debilitados?

En ese caso la solución pasa por una buena rehabilitación, una buena fisioterapia y una modificación de las rutinas deportivas. Afortunadamente hoy en día disponemos de muchas técnicas como la electrolisis percutánea ecoguiada, laserterapia, ondas de choque, etc., que estimulan la recuperación de estas lesiones crónicas.

–¿Y las terapias regenerativas como las células madre o los PRP son efectivas en estos casos?

No podemos generalizar una respuesta, actualmente hay mucha controversia. En cualquier caso, las indicaciones deben ser individualizadas.

 

* Unidad de Cirugía de Hombro del Hospital Universitario Hospiten Bellevue y Hospiten Sur.