Por Cristina Torres Luzón
Ilustración por Ilustre Mario
¿Quién no ha escuchado la importancia de andar diez mil pasos al día? Sin embargo, pocas personas prestan atención a su pisada y como esta repercute en su salud. El calzado influye de manera directa en nuestra forma de caminar, condicionando parte de nuestra salud. Aprender a identificar y valorar un calzado respetuoso es lo primero para dar unos pasos de calidad.
A la hora de comprar un calzado, siempre nos hemos guiado por su estética y por las oportunidades que nos pudiera aportar a nuestro vestuario. Si hiciéramos una encuesta sobre cuáles son los aspectos que se valoran a la hora de elegirlo, posiblemente el tipo de materiales, la marca o el lugar de fabricación serían los más mencionados.
¿Realmente esas características nos aseguran que van a ser saludables? La ciencia ya ha evidenciado cómo nuestra forma de caminar repercute directamente en nuestra salud y en nuestra posición corporal. Y es que la salud también empieza por los pies. Las personas con diabetes son muy conscientes de la importancia de dicho cuidado. Sus visitas anuales a los podólogos suelen ser de carácter preventivo buscando un correcto corte de las uñas o recursos para favorecer la cura de heridas con el uso de plantillas de descarga.
Otras personas ya desde la infancia han tenido que acudir a podólogos especialistas en pediatría debido a alteraciones y defectos estructurales o funcionales de los pies que repercuten en la marcha y en la postura corporal. Una intervención precoz evita un impacto mayor en el resto del cuerpo.
Gracias al interés por dar lo mejor a los más pequeños, muchos padres han empezado a interesarse por la repercusión que el calzado tiene en el desarrollo de los menores. Para favorecer un crecimiento correcto de nuestros pies es necesario conocer cuáles son los puntos claves que valorar.
En primer lugar, algo que hemos normalizado no solo en las mujeres es el tacón. Este desnivel en la suela repercute de forma negativa en nuestra posición corporal, forzando al cuerpo a readaptarse para equilibrar dicho empuje hacia delante. Decantarse por una suela con cero drop, es decir, que sea plana, permite el desarrollo correcto de la musculatura posterior previniendo el acortamiento que generan los tacones.
El grosor de la suela, así como su flexibilidad, también es relevante: cuanto más delgada y flexible, mayores serán los beneficios. Es importante que los músculos de nuestros pies se ejerciten y perciban las variaciones del terreno para adquirir mayores destrezas y fuerza muscular. Atrás quedó la idea de buscar calzados acolchados que adormecen la musculatura.
Por otro lado, una suela gruesa reduce la retroalimentación propioceptiva e implica modificaciones en la marcha. El peso del zapato también impacta en la forma de caminar y de correr de los más pequeños: a menor peso, mejor desarrollo de la marcha.
Un buen mecanismo de sujeción y que las plantillas sean extraíbles son otros de los puntos a los que tenemos que prestar atención. Además, debemos escoger una puntera amplia donde cada dedo tenga su espacio con el objetivo de evitar deformidades en el pie como los famosos juanetes.
En las redes sociales cada vez hay más profesionales de referencia que testean zapatos. Los influencers @neusmoya.podologa y @jesus.serrano.fisio, en pequeños y adultos, respectivamente, son referentes a lo que el cuidado y elección del calzado barefoot se refiere.
Gracias al esfuerzo de varias madres inspiradas en dar lo mejor a sus hijos, contamos en España con empresas destinadas a la fabricación de calzado respetuoso como son Zapato Feroz, Mini Shuu, Poppis, Baby lobitos, Sambas the bambas o Blandy shoes. Suelen realizar preventas de sus calzados cuya compra es online debido a que son escasas las zapaterías que demandan este tipo de producto.
Muchas personas aquejadas de dolencias o incluso padres concienciados con este tema deciden apostar por el calzado barefoot. Sin embargo, si nuestra posición corporal ha estado durante años o décadas modificada, no podemos ni debemos pretender cambiar de forma brusca a un calzado barefoot minimalista.
Nuestros pies y nuestra estructura requieren de un proceso de adaptación. Existen diferentes ejercicios para recuperar la funcionalidad de los pies y revertir posibles anomalías ocasionadas por un calzado inadecuado. El seguimiento por un podólogo especializado va a conseguir que realicemos dicha transición de forma exitosa.
Ahora ya conoces la importancia de mirar por tus pies. Te animamos a que sigas ampliando tus conocimientos para alcanzar que tus diez mil pasos diarios te reporten el máximo provecho.