Por Saioa Arellano

Uno de los puntos fuertes de Galicia es la gastronomía, algo conocido, pero a la vez desconocido por muchos de nosotros. Si pensamos en Galicia, pensamos directamente en marisco y ciertamente es un componente importante y clave dentro de su cultura gastronómica, algo que los caracteriza tanto en materia prima como en elaboración del propio producto. Sin embargo, si uno visita A Coruña hay ciertos sitios a los que no se debe dejar de acudir porque, además de imprescindibles, son un reflejo de la riqueza alimentaria que tienen.

A pocos kilómetros de A Coruña se encuentra la Reserva de la Biosfera de As Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo. Esta reserva tiene un proyecto muy interesante con el que a través de la promoción de recuperación de actividades tradicionales y trabajos en la conservación de recursos ambientales se generan nuevos puestos de trabajo que hacen perdurar estas labores y, además, les ha permitido crear la Marca de Calidad de la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo. Esto tiene como objetivo facilitar la introducción de los productos que aquí se generan, añadiéndoles un valor diferencial con la intención de promocionar, difundir y potenciar las actividades económicas tradicionales. A taberna do Casanova es uno de los ejemplos de esta marca, un lugar donde podrás degustar platos hechos con productos de la reserva y además de temporada, algo que le añade aún más valor, si cabe.

Si volvemos a la ciudad, las opciones son muy variadas. La Penela, en plena plaza de María Pita, es de esos restaurantes con mucha historia que tienes que visitar sí o sí. Es de esos lugares que siempre se recomiendan por su sencillez, que no simplicidad, llenos de raíces y que te sumergen un poco más en el lugar que estás visitando. Con una carta que selecciona los mejores platos de Galicia o, al menos, los más representativos, no puedes dejar de probar especialmente la tortilla típica de Betanzos, la empanada de atún y las zamburiñas, que – incluso si previamente no te gusta el marisco, como a mí– te acabarán gustando.

Otro de los lugares en los que más presente está la cultura gastronómica más reciente de A Coruña es Bido. Este restaurante, más contemporáneo en sus elaboraciones, tiene una carta para todos los gustos en la que podemos encontrar variaciones donde la ensalada de cogollos nos abre el apetito, el bonito del norte es el protagonista y el hilo musical hace que todo sea perfecto. Bido es una maravillosa opción para disfrutar de un  rato agradable en una ciudad que te acoge.

El último, pero no menos importante de los sitios que tuve la suerte de disfrutar, es A Culuca – Cociña Bar. Muy cerca del Palacio de la Ópera se encuentra un lugar donde la comida es el pilar fundamental, y la calidad, el elemento que hace que ambos creen un tándem perfecto. El distintivo que para mí lo hace especial, como a todos los anteriores, es que utilizan productos de temporada y proximidad, a los que, coloquialmente hablando, les dan una segunda vida o un segundo sentido. La emulsión granizada de tomates cherry es un regalo para los sentidos.