Por David Lorenzo

Ya hace algún tiempo hablamos sobre el célebre científico canario Blas Cabrera y Felipe. Pero no es ni de lejos el único gran científico que ha dado el archipiélago. Un ejemplo de otro gran investigador canario es Antonio González. Este hombre, realejero de origen, se convirtió en uno de los grandes químicos españoles del siglo XX.

Nace en Tenerife, precisamente en el Realejo Alto, en 1917. Su formación la desarrolla en su isla natal. Se licencia en Ciencias Químicas en la Universidad de La Laguna, aunque se ve obligado a doctorarse en la todavía llamada Universidad Central de Madrid (actual Complutense).

Desde su época universitaria hace públicos sus principios democráticos. Este hecho le pone en peligro durante la Guerra Civil. Solo gracias a su prestigio nacional e internacional logró salvarse de la purga educativa que hizo el gobierno franquista. Tal era su potencial que con apenas 29 años logra la Cátedra de Química Orgánica y Bioquímica en la Universidad de La Laguna. Un año antes habiás sido nombrado Jefe de la Sección de Químia Orgánica del CSIC.

También Antonio González colaboró en proyectos internacionales. En 1950 realizó una investigación en la Universidad de Cambridge, junto con el futuro ganador de un Nóbel Alexander R. Todd. Su prestigio académico estaba más que consolidado.

A pesar de su influencia no abandonó su plaza en la Universidad de La Laguna. Durante los años que estuvo en esta universidad logró ocupar el cargo de decano de la Facultad de Ciencias e ncluso fue Rector desde 1963. Por sus acciones y el prestigio internacional que le daba a los académicos canarios se decidió nombrarlo rector honorario.

Uno de los momentos más destacados para Antonio González vino cuando, el mismo año que es nombrado Rector se le designa director del Instituto de Investigaciones Químicas de Tenerife, institución que hoy lleva su nombre. En esos laboratorios comienza a hacer investigaciones que llamaron la atención de académicos a nivel internacional, especialmente de los investigadores latinoamericanos.

Sus investigaciones permitieron demostrar el valor médico y de creación de nuevos productos de las plantas canarias. Este hecho le permitió descubrir nuevas especies de plantas y microorganismos canarios, incluyendo en el fondo del mar. Logró extraer triterpenos del látex de tabaibas y cardones canarios, entre otras muchas cosas.

El incansable trabajode Antonio González le llevó a publicar más de quinientos trabajos de gran calidad que le sirvieron para difundir sus investigaciones. Además realizó innumerables conferencias por todo el mundo y ayudó a muchos científicos (sobre todo de habla hispana) a dar a conocer sus estudios a nivel internacional.

Un trabajo que se vio recompensado con una gran cantidad de premios. Logró el permio de investigación del CSIC (1959), la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio (1966), la Gran Cruz del Mérito Civil, el Premio Canarias (1984) y el premio Príncipe de Asturias (1986), entre otros muchos. Además fue propuesto al Premio Nóbel de Química tres veces.

Pero las aportaciones de Antonio González fueron más allá de la bio-química. Su papel también fue muy importante para la creación del Instituto de Astrofísica de Canarias, que ha convertido a las islas en uno de los lugares de investigación científica más prestigiosos del mundo.

La labor de este intelectual canario hizo que durante gran parte del siglo XX la Universidad de La Laguna se convirtiese en una de las más prestigiosas en la bioquímica del país. Además gracias a Antonio González la universidad se hizo universalmente conocida. No dejó de trabajar hasta el día de su muerte, en 2002.

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