Aranzazu del Castillo Figueruelo

Las dificultades de aprendizaje son un grupo de trastornos que se caracterizan por dificultar el aprendizaje escolar. Generan un rendimiento académico significativamente inferior al que sería esperable por la edad, el nivel educativo y la capacidad intelectual del niño.

Se trata de un déficit que cursa en ausencia de discapacidad sensorial (p. ej., ceguera, sordera, etc.), retraso mental, trastorno emocional o problema motor, y que ocurre incluso cuando la escolarización ha sido adecuada (edad de comienzo, asistencia, etc.).

Son trastornos frecuentes entre los jóvenes en edad escolar, pero no siempre son detectados y abordados de la mejor manera posible. Muchas veces, la atribución de los malos resultados académicos a la falta de esfuerzo del alumno acaba derivando en una infravaloración de sus dificultades. En consecuencia, el niño queda desatendido y no recibe el apoyo educativo que incrementa sus posibilidades de éxito. A la larga, esto aumenta la desmotivación y los problemas emocionales (p. ej., estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima etc.) y favorece el abandono y el fracaso escolar.

Además de una detección temprana de las dificultades y el establecimiento de un diagnóstico preciso, los niños con dificultades de aprendizaje requieren de enfoques educativos adecuados -adaptados y con apoyos-, que además puedan combinarse con refuerzo extraescolar y otras ayudas psicológicas.

Algunos de los problemas que se incluyen dentro de esta categoría son la dislexia, que comprende dificultades en la lectura y en expresión escrita y la discalculia, que implica dificultades en la numeración, el cálculo y el razonamiento matemático.

Dentro del mundo de la tecnología se han desarrollado variadas opciones para trabajar y “poner a tono” las habilidades básicas que son deficitarias en estos niños. Entran dentro de la categoría de “brain games” o juegos para entrenar el cerebro, también empleados por los adultos desde que se produjera el boom de fortalecer la mente para prevenir el deterioro cognitivo y enfermedades como el Alzheimer.

Algunas app’s interesantes para que los niños con dificultades de aprendizaje refuercen las habilidades cognitivas que luego necesitarán para adquirir y asimilar los contenidos del currículo escolar son los siguientes:

  • Piruletras: esta aplicación va dirigida a la mejora de la lectura y la escritura de los niños con dislexia. Los ejercicios están diseñados teniendo en cuenta las dificultades específicas de los niños, ya que se basan en un estudio y análisis de sus errores reales de escritura. Tiene tres niveles de dificultad. Cada nivel contiene ejercicios de cinco tipos: a) inserción: aparece una palabra con una letra en blanco, y el niño debe escoger la correcta de entre un abanico de posibilidades; b) omisión: la palabra en pantalla contiene una letra de más que se debe eliminar; c) sustitución: se muestra una palabra con una letra errónea, que se debe identificar y sustituir por la correcta de entre ciertas posibilidades; d) derivación: se muestran una serie de terminaciones de palabra y el niño debe escoger qué sufijo es correcto para la palabra mostrada y e) separación de palabras: se muestran varias palabras juntas y el niño debe identificar por dónde se separan correctamente.
  • El Rey de las Matemáticas: está dirigido a niños que cursan educación secundaria con el objetivo de mejorar sus habilidades matemáticas de una forma divertida. Puede ser útil para niños con discalculia. El juego es simple y dispone de varios libros, cada uno de los cuales se centra en una de las principales operaciones matemáticas básicas (suma, resta, multiplicación, división). También hay libros con otras operaciones más complejas como aritmética, estadística, fracciones, ecuaciones, etc. y libros que combinan problemas de diferente tipo de manera que nos permiten hacer un repaso. Cada libro se divide en nueve capítulos en los que el niño se enfrenta a problemas con cuatro soluciones. El personaje inicial es un granjero y a medida que va superando pruebas va ganando medallas y transformándose en otros personajes.
  • Maze: consiste en una serie de laberintos de creciente dificultad. Dentro del juego existen diferentes opciones como por ejemplo la posibilidad de poner “bombas” con las que atravesar las paredes del laberinto, tener dos fichas y dos destinos diferentes a los que llegar, etc. Es un juego adecuado para trabajar la atención en niños con dislexia, TDAH, etc. Pero también puede ser empleado como una forma de relajación o distracción.