Por David Lorenzo

Durante siglos se creyó (muy en serio) que Canarias, junto con otras islas macaronésicas (como Madeira) eran las montañas de la legendaria Atlántida. Esta enorme isla, en palabras de Platón tenía un gran tamaño y se encontraba más allá de las Columnas de Hércules (actual estrecho de Gibraltar).

La Atlántida, según la leyenda,  era un lugar de gran abundancia y donde la población era feliz. Habían logrado grandes avances tecnológicos, que compartían con todo el mundo. En un comienzo se les consideraba como perfectos hombres. Le rendían pleitesía al dios Poseidón. Eran generosos con los demás pueblos e intentaban ante todo mantener la paz.

Pero los herederos de estos atlantes se convirtieron con el tiempo en unos déspotas. Empezaron a incumplir las leyes, a abusar del resto de pueblos menos avanzados y empezaron a atacar con brutalidad a otras civilizaciones. Además incumplían con sus obligaciones con Poseidón. Sus actos enfurecieron a Zeus, quien los castigó hundiendo la enorme isla bajo del mar.

Según la mitología griega se afirmaba que la Atlántida fue hundida por completo en las profundidades del océano que lleva su nombre. Sin embargo la tradición también decía que quedaron sobre el mar algunas pequeñas islas. Estas serían las Canarias.

Este mito logró sobrevivir, siendo hoy parte de la cultura universal. Ya desde la conquista de Canarias se empezó a relacionar la Atlántida con las islas. Gracias la fama de esta leyenda algunos escritores de las islas lograron cierto prestigio.

También hacía ver entre líneas que los canarios eran descendientes de los atlantes. Esto hacía ver a los isleños como personas cuyos antepasados habían tenido la civilización más avanzada de la antigüedad.

Hasta el siglo XIX era muy común que, como mínimo, se nombrara este hecho como una anécdota curiosa. La Atlántida, que era una de las más antiguas y extendidas leyendas de la cultura occidental, llamaba la atención a cualquiera que visitaba Canarias.

Pero esta asociación Canarias-Atlantida empieza a perder sentido en el siglo XIX. Científicos venidos de todas partes del mundo (incluyendo geólogos como Humboldt) llevó a la conclusión de que Canarias no eran originarias de otra isla mayor hundida. Por contra todas eran totalmente independientes entre sí y plenamente volcánicas.

A comienzos del siglo XX apenas se hacen referencias a la relación del archipiélago con los atlantes. La ciencia cada vez demostraba de manera más tajante que no había relación entre la mítica Atlántida y Canarias. Para principios del siglo pasado solamente aparece en algunas publicaciones románticas, pero nada más.

Para saber más:

  • Martínez Hernández, Marcos (1992) Canarias en la mitología: historia mítica del Archipiélago. La Laguna: Centro de la Cultura Popular Canaria
  • Merejkovsy, Dmitri (2005) Atlántida-Europa: el misterio de las dos humanidades. San Andrés de La Barca: Circulo Latino