Aranzazu del Castillo Figueruelo

Cada vez son más las empresas y equipos conscientes de la importancia que tiene el ambiente laboral en la salud física y psicológica de sus trabajadores y la relación de esta con el rendimiento y productividad último de la organización. Muchas compañías comienzan a dar valor a su capital más importante: el crecimiento personal y profesional de todo el equipo humano.

Esta incipiente motivación contrasta con las elevadas tasas de burn out o síndrome de estar quemado presente en muchos sectores laborales, pero especialmente del ámbito sanitario y educativo. Este problema está asociado a un intenso estrés laboral y conlleva agotamiento emocional, pérdida de motivación por el trabajo y frustración y bajo estado de ánimo por la falta de realización personal, entre otros síntomas. Es una alteración que lleva aparejada consecuencias negativas para el individuo, pero también para la organización en la que se inserta (p. ej., absentismo laboral, baja productidad, accidentes laborales, etc.)

El team building, traducido al español como construcción de equipos, es un concepto relativamente nuevo en nuestro país. Hace referencia al conjunto de actividades que se llevan a cabo dentro de una empresa con el objetivo de formar equipos de trabajo de alto desempeño y mejorar las relaciones entre las personas de los mismos. Esta tendencia no es exclusiva del ámbito empresarial, sino que ha sido previamente implementado en el ámbito militar y deportivo.

Más allá de involucrar a los trabajadores en una serie de actividades divertidas, el team building busca generar en ellos un verdadero sentimiento de grupo. Dicho de otro modo, pretende fortalecer la cohesión grupal y fomentar aquellos valores clave dentro de la empresa (compromiso, liderazgo, paciencia, etc.).

Este, que podría comprenderse como su objetivo “macro”, podría desglosarse a su vez en otros objetivos “micro” en función del momento y las necesidades de la organización. Así pues, el team building podría aplicarse con el fin de definir objetivos, diferenciar roles, resolver problemas o mejorar las relaciones interpersonales. Todo un trabajo que parece tener repercusiones en la capacidad de liderazgo, escucha activa, asertividad y proactividad, contribuyendo en definitiva a mejorar el ambiente laboral que se respira en la organización.

Las actividades que componen el team building son variadas, pueden desarrollarse en espacios interiores (Indoor) o exteriores (Outdoor) y suelen tener una duración de entre dos y seis horas, dependiendo del tema que se esté trabajando. En Canarias tenemos la suerte de poder contar con espacios idóneos y fácilmente accesibles para este tipo de acciones. Vivir en una isla nos ofrece la posibilidad de trasladarnos en poco tiempo desde la costa a la montaña y viseversa en busca del paraje más adecuado para aquello que queramos desarrollar. En este sentido, son ya varias las organizaciones que han apostado por el Forestal Park, un parque temático de aventuras y tirolinas situado en el monte de las Raíces, para fomentar la cohesión de sus grupos. También se ha puesto de moda emplear la actividad de Paint Ball (una especie de guerra de pelotas) como medio para desarrollar el sentimiento de equipo y valores como la cooperación, la prudencia o el riesgo, según se mire.

En esta misma línea y, siguiendo las tendencias de la Península, están naciendo y reproduciéndose por las diferentes islas unos espacios denominados Room Escape (habitación de escape). Se trata de habitaciones que han sido habilitadas de manera especial para simular un juego de rol en el que los participantes deben resolver una serie de problemas para obtener pistas y conseguir salir en un tiempo determinado. No solo son una apuesta atractiva y práctica para los días lluviosos. Además, la actividad de Room Escape pone en marcha y desarrolla una serie de habilidades a nivel individual -planificación, pensamiento lateral, toma de decisiones, etc.- y a nivel grupal -comunicación, negociación, resolución de conflictos, etc-, ambas de gran valor para las organizaciones.

Uno de los potenciales del Team building es su metodología de aprendizaje vivencial o a través de la experiencia. Esta facilita la implicación de los participantes y la activación de las emociones, vehículo imprescindible para todo cambio individual y organizacional.