Por David Lorenzo

Aunque actualmente es poco conocido para la mayoría de los canarios, hasta el siglo XIX en hubo una importante industria sedera que se exportaba por todo el mundo localizado en las islas. Las técnicas usadas eran típicamente artesanales. Era un proceso largo y laborioso pero con unos resultados magníficos. Este mercado desaparece cuando comienza a mecanizarse la producción sedera en las industrias fabriles europeas. Vendían con un precio con el que los productores canarios no podían competir.

La producción de seda en Canarias es muy temprana. Prácticamente desde el siglo XVI en todas las islas hay expertos en la producción de esta lujosa tela. Pero el verdadero crecimiento viene sobre todo a partir del siglo XVII, llegando al máximo de producción durante la primera mitad del XIX.

La producción de la seda de forma artesanal es compleja. Fue necesario traer desde Europa los gusanos de la seda, plantar moreras (las hojas de esta planta las comen estos animales). Tras esto viene el largo y tedioso proceso de elaboración de la seda.

Además el trabajo de la seda podía llevar varios días. Debían recogerse los capullos de los gusanos antes de que se convirtieran en mariposas. Debían colocarse en una olla a alta temperatura hasta que las hebras del capullo se fueran desprendiendo. Luego se hilaban esas hebras y se preparaba el delicado hilo (que se rompe con facilidad) para trabajarlo luego en el telar y así crear el tejido. A pesar de esta complejidad en las islas se llegaron a fabricar tafetanes, terciopelos, sedas y damascos de calidad.

A diferencia de lo que se pueda pensar eran los hombres quienes se encargaban de la elaboración de la seda. Es más, los hombres eran los que generalmente se encargaban de prácticamente todas las labores artesanales. Esto contrasta claramente con la actualidad, ya que en la artesanía las mujeres son (dependiendo del sector) mayoría.

Las islas que más trabajaron desarrollaron la industria sedera fueron Tenerife, Gran Canaria y La Palma. No es casualidad. Las islas de realengo (que las formas estas 3) tenían menos impuestos y por lo tanto era más fácil comerciar con ellas. Además la corona Española las beneficiaba frente al resto al estar bajo su control político pleno. Aún así en islas, como La Gomera, también se produjeron sedas de calidad.

Por lo general las sedas canarias servían para abastecer al mercado local. Pero también se exportaba a América y en menor medida a Europa (a veces legalmente y otras de contrabando). Por lo general la seda canaria se vendía a las clases altas canarias y a la aristocracia isleña. También ocurría en el caso de América. Pero en Europa, donde habían industrias más prestigiosas sobre todo se vendía a personas con rentas medias.

También se vendía para elaborar objetos religiosos. Sobre todo se van a elaborar con seda canaria algunas ropas que usaban los sacerdotes en las liturgias (misas, etc.). La iglesia canaria fue una de las que más compró seda de las islas. A pesar de ello muchos otros objetos fueron traídos de los principales talleres europeos.

Como ya se dijo antes, con la introducción de la mecanización en la elaboración de seda y la aparición de industrias fabriles la artesanía sedera entra en una profunda crisis en toda Europa. En Canarias también se sufre. Desde mediados del siglo XIX aproximadamente se abandona esta producción salvo en puntuales lugares del archipiélago.

Pero afortunadamente no todo se perdió. En el municipio de El Paso (La Palma) se logró conservar la técnica artesanal. Hoy en día se han recuperado los métodos y se ha creado un museo. Pero también y lo que es más importante, se ha creado un pequeño taller. Es el único taller artesanal de seda que queda en Europa.

Para saber más:

  • Cruz Rodríguez, Juan de La (2001) “La seda en Canarias, pasado, presente y futuro”. En Datatéxtil. Terrassa: Centre de Documentació i Museu Textil de Terrassa, nº5
  • Régulo Pérez, Juan (1946) “Antigüedad de la sericultura en Canarias”. En Revista de Historia. La Laguna: Universidad de La Laguna, nº XII
  • Rodríguez Pérez, José Domingo (2004) “El museo de la seda: La gestación de un proyecto emblemático”. En Revista de estudios generales de la Isla de La Palma. Santa Cruz de La Palma: Sociedad de Estudios Generales de la Isla de La Palma, nº0