Por Paula Albericio
Que África ha inspirado moda a lo largo de la historia no es ninguna novedad, pero la colección para la primavera verano 2016 creada por Maria Grazia Chiuri (confirmada ya como nueva directora creativa de Dior) y Pierpaolo Piccioli para Valentino adquiere una connotación especial debido al mensaje de tolerancia y conciencia pública y social que los diseñadores han querido lanzar pensando en la crisis humanitaria que sufre el continente y en aquellos que han huido del mismo para llegar al sur de Italia.
La propuesta, una de las más serenas y sinceras de la Maison, realiza un gran trabajo de fusión de las tradiciones africanas e italianas y además bebe de las obras de 1920 de Picasso y Braque inspiradas en el viejo continente.
Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli se embarcan en un viaje narrativo donde la silueta se torna fluida, libre y comóda con túnicas largas de profundos escotes o sujetas al cuello por los collares y adornos, realizados con tejidos preciosos, como el shantung, georgette, crepé de China o gasa y enriquecido con detalles como plisados, volantes y plumas.
El tie-dye, diseño psicodélico original de los años 60, también tiene su momento en la colección, presentándose en una variación de color del ejército en las chaquetas con escotes bordadas, pantalones cargo y faldas plisadas, resultando una apariencia retro muy elegante.
Las prendas elaboradas con los encajes y bordados más ricos y preciosistas y que ya se han convertido en parte del sello de la firma no podían faltar en la propuesta de verano 2016 acentuando la elegancia, sensualidad y feminidad de la mujer que viste de la firma.
Los valores de la Maison ha sido siempre de lujo, elegancia y artesanía de alta costura. La colección primavera verano 2016 presenta una gama de cuero y gamuza decorada con tachuelas de oro y cabujones rojo y verde junto con adornos de metal que acentúan la silueta de camisas en georgette y trajes de cuero con cuentas situadas de forma estratégica alrededor del cuello para crear el contorno de opulentos collares.
En ese viaje introspectivo que es esta colección primavera verano 2016 se presentan vestidos vibrantes con motivos geométricos de colores en crepé de China y hablan de encaje y de la belleza pura. Cada aspecto se realiza impecablemente a través de un intrincado tipo de decoración . Nada se deja al azar, todo se ejecuta con los más altos estándares como una expresión clave de refinamiento y la elegancia de la Maison.
Jaguares, jirafas, rinocerontes y elefantes aparecen a modo de estampado en los vestidos fluidos, camisas y faldas que llegan hasta el suelo acentuando la cercanía a la naturaleza de la firma. Las prendas creadas en muselina de algodón impresa y usando la técnica de el corte por láser o de cuero pintado añadiendo toques intrincados de la artesanía a la apariencia final.
Pensando en aquellos que provienen del viejo continente y que huyeron por el Mediterráneo hacia el sur de Italia y en medio de una crisis humanitaria sumada al rechazo a los refugiados, Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli quisieron enviar un mensaje de tolerancia a través de la belleza que surge de la expresión intercultural. En palabras de Maria Grazí Chiuri: “Creemos que cada persona que viene aquí es un individuo, y podemos demostrar que podemos mejorarnos a nosotros mismos mediante la comprensión de otras culturas.” Y así es como surge una magnífica propuesta que fusiona las tradiciones italiana y africana en la que no faltan los motivos tribales, adornos y complementos de cerámica blanca, motivos masais y hasta plumas de pavo real o las sandalias planas de tipo gladiador. Todo en consonancia con el peinado de inspiración étnica elegido para las modelos y el maquillaje natural que dan a la colección un sentido más allá de la moda: conciencia pública.