Por David Lorenzo

Desde el fin de la conquista en el siglo XV hasta 1835 en Canarias únicamente existía un ayuntamiento único por isla, localizado en las capitales. Por lo tanto el nacimiento de los municipios canarios hace que pasemos de únicamente 7 a 88 ayuntamientos que hay en la actualidad.

Hasta ese momento estos ayuntamientos (más bien entendidos como Concejos) eran únicamente espacios de gobierno y  de administración. Conocidos como Cabildos, solían contar con un personal muy limitado: un escribano (notario), un secretario, los regidores y el corregidor. y poco más.  Esta forma de gobierno se disuelve por Real Decreto del 23 de julio de 1835.

El nacimiento de los municipios canarios también sirvió para unificar la gestión y administración en todas las islas. Hasta ese momento existían diferencias entre las islas de señorío y las de realengo. Los nobles gestionaban de manera distinta sus propiedades. Sus Cabildos, aunque copiaban a los de Tenerife, Gran Canaria y La Palma, no eran exactamente iguales. Además  las (actualmente conocidas) islas capitalinas tenían también señoríos con su autonomía administrativa.

Por otro lado, ya en el siglo XVIII se había permitido que existieran en los principales núcleos poblacionales alejados de las capitales insulares un representante, llamado alcalde pedáneo, encargados en administrar estos ciudades y pueblos de mediano tamaño. Pero todavía en este momento el poder estaba centralizado en los Cabildos y estos cargos solían ser nombrados directamente por el corregidor de cada isla.

Los alcaldes pedáneos logran consolidarse en Canarias gracias a las reformas llevados a cabo por Carlos III.  La aplicación de leyes, influidas por el Despotismo Ilustrado, llevó a la aparición de los síndicos personeros y diputados del común. Representantes populares que, además de ser elegidos por el pueblo en las capitales insulares también lo eran en las ciudades rurales.

No todas las ciudades con alcaldes o pedanías se convirtieron en municipios con el decreto de 1835. Para la formación de municipios se hacía indispensable que hubiese una parroquia en la zona.

El primer intento de nacimiento de los municipios canarios y españoles fue anterior a 1835. Con la aprobación de la Constitución de 1812 se estableció que se convertirían en ayuntamientos los antiguos Cabildos y en municipios aquellos lugares donde habían alcaldes pedáneos.

Con este primer proyecto los ayuntamientos debían asumir competencias políticas, administrativas, judiciales y de tipo económico y fiscal. Finalmente solo seguirán teniendo capacidad de gestionar capital y recoger impuestos los antiguos Cabildos. De forma que la autonomía municipal no fue completa.

Sin embargo este primer intento de democracía solo duró dos años (hasta 1814). Con la vuelta de Fernando VII se abolió la Constitución de 1812 y con ello también los municipios y ayuntamientos. De forma que se retornó al modelo absolutista. Dicho de otra forma, el nacimiento de los municipios canarios fue un proceso largo y complejo.

En 1835 se produce definitivamente el nacimiento de los municipios canarios. Para su constitución se establece que la división municipal fuese lo más igualitaria posible. Con ello se intentaba, sobre todo, evitar el fraude a la hora de recaudar impuestos. Algunos de ellos fueron fusionándose con otros, mientras que en otras islas aparecieron nuevos que hoy conforman los 88 que hay en Canarias.

Para saber más:

  • Suárez Grimón, Vicente (2012) “Del Cabildo-Isla a la formación de los ayuntamientos modernos”. En XX Coloquio de Historia canario-americana. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria