Texto por Cristina Torres Luzón

La sociedad avanza y va incorporando nuevas tecnologías con la finalidad de mejorar la vida de las personas. Sin embargo, los efectos a medio y largo plazo de estas novedades muchas veces son desconocidos. Varios estudios científicos empiezan a alarmar sobre el aumento incesante de problemas visuales entre los escolares de aquellos centros en los que el consumo de pantallas fue instaurado sin control. Cuidar la visión desde la infancia es básico para poder disfrutar de una vida saludable.

El aumento de los problemas de visión por el uso de dispositivos electrónicos y la disminución del tiempo al aire libre repercute en el rendimiento académico al generar problemas en el aprendizaje y en el desarrollo psicosocial. Esta situación se está viendo acompañada de la aparición de síntomas como cefaleas, dolor, sequedad ocular y defectos reflactarios.

Los adultos tampoco están libres de los efectos negativos: presentan síntomas oculares y alteraciones visuales. Como alternativas para minimizar los efectos negativos existen las gafas con filtro de luz azul con el objetivo de reducir el deslumbramiento y la sensibilidad, lo que mejora la frecuencia de parpadeo y disminuye la tensión. 

También nos encontramos como aliados los ejercicios oculares, con los que, dependiendo del problema que estemos padeciendo, podemos mejorar y aliviar la sintomatología. Cerrar los ojos con fuerza durante tres segundos o parpadear nos ayudará a combatir la sequedad ocular. Realizar movimientos circulares en sentido de las agujas del reloj y a la inversa, mirar de lejos y de cerca de forma alternativa o dirigir la vista hacia los lados sin mover la cabeza fortalecerá nuestros músculos oculares. 

La mejor decisión para valorar nuestra vista es acudir a un especialista que nos examine, nos diga qué problema podemos estar presentando y nos aporte las herramientas necesarias para solucionarlo. En el caso de los más pequeños, en las revisiones del niño sano se hacen controles visuales desde el nacimiento para comprobar el desarrollo adecuado de este órgano y evaluar la capacidad visual en función de la edad del menor.

Y para finalizar, no nos podemos olvidar de que siempre será más fácil prevenir que curar, así que mira por tu vista antes de que esta se queje.