Por Manoj Daswani
Fotografía por Carlos Días-Recio
El talento corre por sus venas. Maikel Mesa Piñero (La Laguna, 4 de junio de 1991) engrosó el año pasado la lista de futbolistas tinerfeños que han defendido la elástica de la UD. Entusiasta del balón desde que era un crío, su familia y amigos le recuerdan como un enamorado de su deporte. A través del tesón, Maikel ha sabido esculpir su sueño de futbolista grande. Detesta los tópicos y destila personalidad a cada respuesta. La conversación con el mediocentro de Las Palmas rezuma fútbol por los cuatro costados.
Cuentan quienes le conocen que su idilio con la pelota empezó desde crío.
Sí. Y además al lado de casa, donde mi familia y amigos me recuerdan siempre al lado de un balón. Mi primer club fue el Arenas. Era tan pequeño que no podían hacerme ficha, así que entrenaba pero no podía competir.
¿Cuál fue su primera gran victoria?
De niño, el recuerdo más grato que conservo es un torneo que llevaba el nombre de Rommel Fernández. Quedé máximo goleador y mejor jugador. Fue el primer trofeo que me llevé a casa. Y era tan pequeño que creo que era más grande que yo (ríe).
¿Siempre jugó en la misma posición?
No. Cuando empecé jugaba tirado a banda porque era rapidillo, incluso de delantero porque tenía gol. Fue cuando entré en el alevín del Tenerife cuando me hice mediocentro. Y ahí me he quedado.
¿Qué supone para usted haber vestido la camiseta de los dos equipos más representativos, primero Tenerife y ahora Las Palmas?
Es algo bonito. Son los dos equipos más grandes de Canarias y es un orgullo haber vestido las dos camisetas. En el Tenerife me formé y les estoy agradecido por ello. Y ahora he dado el salto al primer equipo de la Unión Deportiva, que es el otro grande del Archipiélago. Pero llegar no ha sido fácil. Siempre tienes dudas cuando las cosas no salen como tú deseas o cuando te dicen que no cuentan contigo. Fue lo que me ocurrió en el Tenerife. Fue un período difícil, donde di muchas vueltas a la cabeza… Pero aterricé en el Laguna y cambié el chip. Fue el momento que cambió mi forma de pensar y volví a creer en mí.
Dicen de usted que es canario por todos los poros.
Sí, canario cien por cien. Siempre me he sentido orgulloso de que se nombren mis orígenes cuando se habla de mí; por ejemplo, en las transmisiones de televisión. Procuro hablar siempre bien de mi tierra y de lo que supone ser de aquí. Mantengo mis costumbres, por supuesto el acento y me encanta aconsejar a los demás que visiten las Islas.
¿Es cierto que los futbolistas canarios son diferentes a los demás?
Siempre se ha dicho que el futbolista canario tiene ese punto de calidad que a lo mejor no tienen otros. Se dice de nosotros que somos muy de calle. Pero el deporte se está globalizando. Ya hay de todo. Sinceramente, creo que no debiéramos perder esa seña de identidad, pero en todo caso para triunfar no basta solo con la técnica.
¿Su sueño es jugar en Primera?
Siempre hay que optar a lo máximo. Yo juego en Segunda y a lo que aspiro es a ascender con la Unión Deportiva. Jugar en Primera es la razón por la que volví y por lo que sueño desde que firmé en Las Palmas. Es una de las cosas que tengo en mente y quiero conseguirlo sí o sí. Soy bastante persistente y ando muy centrado en lo que quiero. Y estoy seguro de que vamos a lograrlo.