Por Ángeles Arencibia

Fotografías por @quiquecurbelo

Para un palmense, la arquitectura racionalista primero es lo cotidiano. Las líneas limpias son parte del “toda la vida” en Las Palmas de Gran Canaria. Solo más tarde, cuando se pone nombre, lo familiar se torna valioso y aprendemos que Miguel Martín-Fernández de la Torre fue un arquitecto decisivo de esta ciudad atlántica.

“Es un orgullo vivir aquí”. Así sintetiza Loy Marrero el sentimiento que le produce que su casa sea obra del arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre (1894-1980), quien, junto con su hermano el pintor Néstor, regaló emblemas a la capital grancanaria.

Hace medio siglo que Loy se mudó con su familia a la Colonia ICOT, en Ciudad Jardín, un conjunto de casas unifamiliares construida entre 1934 y 1938, destaca la guía de la ruta racionalista de Las Palmas de Gran Canaria.

Desde 2016, año en que el Ayuntamiento lanzó las rutas turísticas, la que recorre la huella racionalista de Miguel Martín ha sido descargada 4734 veces en distintos idiomas. En papel, un dato: se han distribuido 3000 ejemplares en alemán.

La importancia de la arquitectura racionalista es evidente aquí, y no solo en el barrio residencial de Ciudad Jardín. José Miguel Martín-Fernández, nieto de Miguel, destaca que la capital canaria y Tel Aviv (Israel) son las dos ciudades del mundo con mayor presencia de este estilo en sus calles.

“Las casas de Miguel –habla su nieto– son maravillosas por su limpieza; son intemporales. Tienen 70, 80, 90 años y parece que las terminaron ayer”.

Muchas de las viviendas unifamiliares de Martín-Fernández llevan el apellido de su primer propietario. En la Casa Martinón (en realidad son dos, gemelas y continuas) viven Chely Quevedo Martinón y Antonio Marrero Bosch desde hace 59 años. Fue un regalo de los abuelos de Chely –Agustín Martinón y Consuelo Valle– a la nieta recién casada.

Chely dice que es una “casa alegre, comodísima, sin requilorios” y Antonio explica que han respetado “a ultranza” su diseño “por convicción”. Como Margarita Pérez, propietaria del hotel Parque (1943), que tiene los planos originales colgados en su despacho: “Me encanta mantener su historia. Es un edificio de líneas rectas, quiero que se entienda por qué. Por eso próximamente Miguel Martín estará presente en cada una de las habitaciones. Nos queremos identificar con el proyecto original”.

http://lpavisit.com/es/que-hacer/experiencias/rutas-urbanas/1984-arquitectura-racionalista