Por Paula Albericio.

Fotografías por Alberto Brito.

“Cada rincón de Gran Canaria alberga, por una razón u otra, experiencias vividas. Tengo la suerte de conocer bien la geografía insular y guardo muy buenos recuerdos de muchos lugares. En Gran Canaria me bañé por primera vez en el mar (como no puede ser de otra manera); en alguna esquina de Vegueta me dieron mi primer beso; y los primeros conciertos los hice al calor del maravilloso público que hay en las Islas. A día de hoy, albergo la esperanza de seguir coleccionando momentos que tengan como denominador común a las Islas Canarias”. Así comienza nuestro encuentro con Said Muti, uno de los músicos más relevantes de Canarias, que ha compartido cartel con artistas como Elton John, Vetusta Morla, Fito & Fitipaldis y Dani Martín, entre otros, y para quien la música es su mayor influencia. “Siempre les he dado mucha importancia a las letras y a la capacidad que tienen las canciones de transportarte a otros lugares”. Aprovechando que el 27 de diciembre cierra el año en casa –en el Alfredo Kraus–, dentro de la gira Habitación 828, descubrimos tres de sus rincones favoritos de la capital.

 

 

Auditorio Alfredo Kraus. Hacemos la primera parada en los alrededores del Auditorio Alfredo Kraus, un lugar con un significado especial para el artista. “El Auditorio Alfredo Kraus es el coliseo más importante de las Islas. Aquí he visto a muchos artistas de los que he aprendido y que admiro personalmente. Además, me parece una maravillosa obra de arte. Su arquitectura y su realidad conjugan a la perfección con el entorno de la playa y con todo lo que este lugar cargado de magia encierra. Terminamos el año por tercera vez consecutiva aquí. Se ha convertido en una fecha icónica para nosotros. La espero con muchas ganas y me encanta poder hacerlo cerca de las personas que me han visto crecer en todos los aspectos. Tener la oportunidad de pisar las tablas del Alfredo Kraus me convierte, sin duda alguna, en un privilegiado”.

 

Parque Santa Catalina, zona muelle. “No puede entenderse la historia de Canarias ni la de su gente sin el muelle. Durante muchísimo años, fue nuestra única fuente de apertura, abastecimiento y conocimiento. Por aquí, y con mucha más capacidad que en otros lugares de España y Europa, entró un universo de cultura que tardaría años en llegar al resto del territorio nacional. Muchos de los discos que la dictadura prohibía y censuraba se escuchaban en Canarias antes que en ningún otro lugar. Éramos realmente libres. Llegaban de la mano de marineros ingleses, americanos y rusos que recalaban en el muelle y que intercambiaban cualquier artilugio, cachivache o disco por realidades con las que no contaban en alta mar. Además, en un momento u otro, cualquier familia de Gran Canaria ha tenido alguna vinculación con el muelle. Puede decirse que fue y sigue siendo nuestro punto de conexión más potente con el resto de mundo”.

 

Plaza del Pilar Nuevo. Finalizamos nuestro recorrido por la ciudad en uno de los lugares más emblemáticos de Las Palmas de Gran Canaria, el barrio de Vegueta, donde nos detenemos en la plaza del Pilar Nuevo. “Desde muy pequeño, cuando paseaba con mis padres por Vegueta, me ha parecido un entorno de cuento. Cada muro de esta plaza tiene siglos de historia consigo. Representa para mí, además, una etapa bastante concreta de mis adolescencia. Me crie en Schamann, un barrio a unos veinte minutos de aquí a pie. Este entorno y sus calles aledañas eran el lugar escogido por muchos de nuestra generación para dar los primeros paseos de la mano y mantener conversaciones eternas bajo la atenta mirada de la historia que nos contemplaba”.