Por Sixto Javier Pérez
Es curioso lo que me ha pasado con esta película, pues ha logrado sacarme carcajadas y bostezos por partes iguales. Sí, habéis leído bien, he llorado de la risas con algunas escenas, pero justo a los pocos minutos ya estaba bostezando y muriéndome del aburrimiento, como si de una montaña rusa se tratara. Y este es el gran reto de las comedias hoy en día, conseguir hacernos reír lo máximo posible durante sus 90 minutos de duración, pero por desgracia pocas películas lo consiguen.
El encargado de dirigir el film es John Hamburg (Y entonces llegó ella, Te quiero, tío) quién también se encarga del guion. La historia es sencilla y no aporta nada nuevo al género, pero debéis estar preparados para ver y escuchar groserías, un tipo de humor que puede herir sensibilidades, pues no se trata de una comedia romántica, sino de una comedia golfa, uno de los subgéneros que tanto gusta.
La historia se centra en Ned (Bryan Cranston), un padre sobreprotector y su familia visitan a su hija en la Universidad, donde conocerán a su mayor pesadilla: su novio, Laird (James Franco), un multimillonario de Silicon Valley bien intencionado pero socialmente bastante complicado. El conservador Ned, piensa que Laird es la pareja menos apropiada para su hija por lo que hará todo lo que esté en sus manos para que se separen.
Lo poco que funciona del film se debe gracias a sus dos protagonistas: James Franco y Bryan Cranston, ambos consiguen demostrarnos que se defienden perfectamente en la comedia. Las caras y las actitudes de los actores son más graciosas que el propio chiste, algo digno de aplaudir pues a pesar de las múltiples tonterías que dicen han conseguido que me ría gracias a su buen nivel interpretativo en este registro. Hay varios momentos épicos durante toda la película que han conseguido que ría sin parar, pero acto seguido la película quiere ofrecernos momentos más serios y dramáticos y es ahí donde falla, pues consiguen ser poco creíbles y lo que es peor, aburre.
El film es excesivamente largo, ofreciéndonos muchos gags totalmente innecesarios y que tantas veces hemos visto en series de televisión y en otras películas. Si te gustan las comedias en las que se dicen y hacen todo tipo de barbaridades seguramente consiga divertirte en determinados momentos, pero no esperes encontrar nada más. Si el guion no hubiera sido tan simple y la duración tan larga otro gallo cantaría…
En definitiva, otra típica comedia americana que no sobresale, pero que llega a ser pasable gracias a sus dos grandes protagonistas, quienes conseguirán sacarte alguna que otra carcajada.
Nota: 2,5 de 5
LO MEJOR: James Franco y Bryan Cranston
LO PEOR: muy larga y aburrida en ocasiones