Por Sixto Javier Pérez
Tras ver el tráiler de Passengers pensé que ya me habían destripado toda la película, pero para mi sorpresa, no fue así, con tan solo diez minutos de metraje me di cuenta que el tráiler era una pieza más de la película, por ello, te animo a que lo veas previamente….
La historia se centra en una nave espacial que viaja a un planeta lejano transportando miles de personas. Dicha nave tiene una avería en una de las cápsulas de hibernación tras el impacto con un gran meteorito. Como resultado, un pasajero se despierta 90 años antes del final del viaje.
Tras Interstellar (2014), Moon (2009), Gravity (2013) y The Martian (2015) se suma ahora Passengers (2016). Y no, no es mejor que las anteriores, pero tiene muchísimas cosas a su favor que la convierten en una película de entretenimiento para disfrutar en compañía. El encargado de “pilotar” la nave es el director Morten Tyldum, quien dejó dividida a la crítica con la interesante “Imitation Game”, interpretada por el magnífico Benedict Cumberbatch, llegando a competir por el Oscar.
La película lleva un buen ritmo, consiguiendo que, a pesar de sus casi dos horas de duración, no se haga larga alternando momentos de acción y drama. Si de algo puede presumir la película es de su dirección artística: La nave tiene un diseño perfecto, totalmente futurista y lujoso en el que cada detalle está meticulosamente cuidado. Es como un crucero espacial al que no le falta de nada.
Sus efectos visuales son también espectaculares. En esta ocasión no han tirado excesivamente del CGI, han querido que todo sea lo más realista posible, para ello han utilizando otras técnicas que consiguen que te creas lo que ves.
Jennifer Lawrence es la protagonista indiscutible del film, y lo siento por Chris, pero es que ella lo eclipsa. Todo lo que dice, hace y siente me lo creí, y no es la única vez que me pasa con la actriz, pues en sus anteriores trabajos también conseguía transmitirme muchas sensaciones. Sin duda, la actriz logra superarse en cada proyecto. No puedo decir lo mismo de Chris Pratt, pues a pasar de la buena química que tiene con Lawrence no consiguió transmitirme angustia, miedo, tristeza, amor…. No me lo terminaba de creer. El actor defiende muy bien todos aquellos papeles que requieren acción y humor, pues reconozco que suele hacerlo muy bien, pero en esta ocasión su papel requería más dramatismo y menos acción. Siento encasillarlo, pero la realidad es que destaca más en unos registros que en otros. Al contrario de Lawrence que brilla en todo.
Y con todos estos aspectos positivos, os preguntaréis cuál es el mayor problema del film. Pues muy sencillo, su final. Es poco impactante y simplón. A pesar de su interesante planteamiento la película no logra sorprenderme. El directos se esmera más en la ambientación, en el diseño de producción, los efectos especiales….y deja a un lado la historia en sí, no profundiza y es una pena porque les repito, la idea inicial es muy interesante.
Como dato curioso señalar que le proyecto, inicialmente, llegó a tener un presupuesto de 35 millones de dólares, finalmente fue de 110 millones. Además, sus protagonistas iban a ser Reese Witherspoon y Keanu Reeves, pero Sony se lo pensó dos veces ya que quería un producto que le diera mucho dinero y para ello la única manera posible era contar con dos actores de actualidad por lo que ficharon a Jennifer Lawrewnce, quien se embolsó con la película la friolera cantidad de 20 millones, algo que me parece excesivo, mientras que su compañero, Chris Pratt se llevó 11 millones…
Si estas pensando en ir a verla, hazlo, seguramente la disfrutes, pues a pesar de que el guion no está del todo bien desarrollado, el diseño de producción y Jennifer Lawrence harán que pases dos horas de puro entretenimiento, pero es cierto que me quedo con la sensación de que no han sabido sacarle todo el partido a un gran producto ya que el director se ha centrado más en lo visual que en lo argumental.
Nota: 3 de 5
LO MEJOR: La nave, diseño de producción, efectos visuales, planteamiento, Jennifer Lawrence
LO PEOR: su final