Por David Lorenzo

Durante la Edad Media era muy común el tráfico y venta de esclavos en los reinos de Castilla y Aragón. Uno de los principales focos de venta estaba en Andalucía. Destacaba Sevilla y las ciudades colindantes, donde se llegó a generar un importante mercado. Desde el (re)descubrimiento de Canarias se hacen cada vez más común ver esclavos de origen canario en las principales plazas.

Los pobladores canarios antes de la conquista eran generalmente capturados en incursiones cuyo objetivo era robar ganados y personas para su venta. Una vez hecho se llevaban a alguna ciudad castellana-aragonesa y se intentaba ganar el mejor precio por ellos.

Por lo menos desde el siglo XIV llegaron a los puertos europeos muchos de ellos. Solían ser vendidos la mayoría de las veces como seres exóticos. También se valoraba su fuerza y una gran capacidad para el trabajo mecánico al que habitualmente se dedicaban los esclavos.

Uno de los lugares donde más se vendieron esclavos canarios fue en San Lúcar de Barrameda. Muchos de los pobladores canarios fueron esclavizados durante la conquista. Por lo general formaban parte de aquellos contrarios a los castellanos que una vez capturados eran enviados a la Península para su venta. En ocasiones se aprovechaba el caos del conflicto para capturar algunos inocentes y con ello sacar un beneficio económico.

Pero lo peor de todo es que tras la conquista la esclavitud no acabó. Los Reyes Católicos (y sus sucesores) garantizaban que aquel canario que hubiese sido bautizado no podía ser vendido como esclavo. Sin embargo esta norma no fue respetada en absoluto.

Encontramos varios ejemplos en todas las islas, pero posiblemente uno de los más conocidos es el de La Gomera. Según las crónicas Hernán Peraza actuó de manera despiadada contra los gomeros. Muchos eran explotados y otros vendidos como esclavos. Esto terminó en una rebelión en la isla. Tampoco actuó correctamente Pedro de Vera en la isla, quien vendió junto con Beatriz de Bobadilla a varios gomeros como esclavos.

Sucedió lo mismo en las islas de realengo (Gran Canaria, Tenerife y La Palma). A pesar de las prohibiciones fue común que tras la conquista se vendieran muchos pobladores prehispánicos. Uno de los mejores ejemplos fue el de Alonso Fernández de Lugo y sus generales (La Palma-Tenerife). Fue un caso muy sonado. Tanto que hubo varios juicios para liberar a todos los esclavizados.

Dichos juicios solían ser favorables a los canarios que eran vendidos en la Península. De esta forma se logró que fueran liberados muchos de ellos. Sin embargo no se logró salvar a todos. Muchos siguieron siendo esclavos durante toda su vida.

Este tipo de ventas fraudulentas continuaron en Canarias aproximadamente hasta mediados del siglo XVI. La venta como esclavos hizo que las relaciones entre los colonizadores y los colonizados fueran muy tensas. El caso de Tenerife es el más conocido. En ella surgio un grupo de rebeldes contrarios a los conquistadores conocidos como los alzados.

Para saber más:

  • Abril Fuertes, José María; Mignorance Ruiz, José (2015) “Esclavos canarios en la documentación notarial de Jerez de la Frontera a fines de la Edad Media”. En Revista de Historia Canaria. San Cristóbal de La laguna: Universidad de La Laguna, nº 197
  • Gambín García, Mariano (2014) “Los procesos judiciales de liberación de esclavos palmenses y guanches en Sevilla (1496-1512). Nuevos datos para su estudio”. En XXI Coloquio de Historia Canario Americano. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria
  • Viña Brito, Ana; Hernández González, Manuel; Alfaro Hardisson, Emilio (2006) Documentos para la Historia de Canarias VIII. San Cristóbal de La Laguna: Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife