Por David Lorenzo

Es increíble lo poco que conocemos los canarios sobre cómo eran los habitantes de nuestras islas antes de la conquista. Tampoco sabemos que solemos caer continuamente en tópicos y en errores sobre cómo eran, como vestían, etc.

Para empezar la palabra “guanche” no es la más adecuada. Este nombre lo usamos para referirnos a las poblaciones prehispánicas de Tenerife, aunque en Canarias se ha generalizado y se usa para todas las islas. Es por eso por qué lo usamos para el título de este artículo. Pero en realidad en cada una sus habitantes tenían un nombre diferente. Así en gran Canaria eran llamados canarios, bimbaches en el Hierro, gomeros en La Gomera, benahoaritas o auaritas en La Palma y majos o maxos en Lanzarote y Fuerteventura.

Ahora  vamos a ver algunos de los “mitos” más extendidos sobre las poblaciones prehispánicas en Canarias y que seguramente te van a ayudar a conocer un poco mejor a nuestros antepasados:

  1. Aspecto físico. Mucha gente sigue pensando que los “guanches” eran diferentes a nosotros. Pero en realidad no se diferenciaban mucho de los canarios de hoy en día. René Verneau en el siglo XIX vio rasgos cromañoides en las calaveras. Pero también otros investigadores encontraron parecido con los mediterranoides. Es decir, había una gran diversidad. La diferencia de rasgos también se puede extrapolar a color de ojos y pelo. Posiblemente habían algunos con piel clara, pelo rubio y ojos azules, pero también morenos. Lo que sí es cierto es que eran más altos que los castellanos. Debido a la malnutrición de la población europea en la Edad Media la gente no solía superar el metro sesenta (1,60m), mientras que en Canarias en el siglo XV la altura promedio era de un metro setenta (170m).
  2. Fueron exterminados. No lo fueron, al menos no del todo, como se pensaba hasta el siglo XVIII. En el siglo XIX  algunos investigadores, como Sabino Berthelot, demostraron que los pastores seguían conservando tradiciones prehispánicas. Estudios de ADN hechos en los últimos años por las dos universidades canarias (ULL y ULPGC) y la Universidad de Stanford confirman que los canarios actuales tenemos parentesco con los aborígenes. Se mantiene la relación genética en torno a un 50% de ADN por línea materna (cromosoma X) y menos de un 20% por línea paterna (cromosoma Y).  Además se confirma que estas poblaciones provienen de África y que somos descendientes de los amazighen o bereberes.
  3. No conocían la agricultura. En las crónicas de conquista se dice que solo en Gran Canaria se conocía la agricultura y que el resto de islas solo se dedicaban a la ganadería. Esto es falso. Aunque es verdad que en las demás islas el pastoreo era el principal sector de sustentación sí que practicaban la agricultura. Así lo demuestran los restos de semillas quemadas. Pero, ¿por qué no cultivaban en las demás islas tanto como en Gran Canaria? Es una pregunta difícil de responder. Pero seguramente es porque eran poblaciones más pequeñas que podían subsistir solo con la ganadería y pesca.
  4. Como se vestían. En algunas fiestas canarias, para representar a los antiguos canarios, la gente se viste con pieles de cabra. Sin embargo muchos de esos trajes no se corresponden con los restos encontrados. Los mejores restos están expuestos en el Museo Canario (Gran Canaria). A diferencia de lo que solemos ver los vestidos (o tamarcos) estaban bastante trabajados para que fueran lo más cómodos y flexibles posible. Se teñían las pieles de rojo o con tonos amarillos. Además las piezas estaban cosidas, usando agujas de hueso, usando como hilo los tendones de los animales. Se cosía la ropa de forma tan perfecta que poco tienen que envidiar a la ropa actual. ¡Y eso que era cuero y no tela! Pero no solo usaban pieles, sino también fibras vegetales como junco y palma. Con ellas se hacían faldellines, cinturones, gorros, etc.
  5. Pirámides de Güimar. Se ha intentado por activa y por pasiva relacionar estas pirámides con los antiguos canarios. Pero la mayoría de expertos no lo creen. A pesar de ello la empresa que gestiona las pirámides vende que científicamente está demostrado, ya que fueron encontrados restos guanches en la zona y las “pirámides” están orientadas astronómicamente a los solsticios de verano e invierno. Las pirámides se hicieron populares con Thor Heyerdahl en la década de los 90. Para él estas construcciones relacionaban Egipto, Canarias y América (las pirámides mayas y aztecas de México y las del Perú). Sin embargo todo parece indicar que no son más que majanos o amontonamiento de piedras construidos durante el siglo XIX en fincas pedregosas. No solo en Güimar, sino en toda Canarias, podemos encontrar majanos de este tipo construidos en el siglo XIX.
  6. Solo hay momias en Tenerife. Esto tampoco es cierto. Aunque en Tenerife encontramos algunas de las momias más espectaculares (hasta hay momias de niños pequeños en el Museo de la Naturaleza y el Hombre) también hay en otras islas. Quizás las de Tenerife sean más famosas porque muchas de ellas se enviaron a todas partes del mundo, lo que dio fama a la isla. Sin embargo en Gran Canaria también podemos encontrar momias. Un libro interesante para leer sobre el tema es “Momias. El secreto de la vida eterna”, de la investigadora canaria Milagros Álvarez. En él se explica con facilidad cómo era la labor de la momificación en Egipto y en Canarias y sus diferencias.
  7. No pescaban. En las crónicas se dice que en las islas se alimentaban gracias a la ganadería. Pero no se habla mucho sobre que comieran pescados o mariscos. Pero sí que practicaban bastante la pesca y el marisqueo, ya que se han encontrado muchos restos en las excavaciones arqueológicas. Para pescar usaban la técnica del embarbascado. Consiste en esperar a que baje la marea, de forma que se formen charcas. En ellas se quedan atrapados peces, lo que facilitaba la pesca. En ocasiones se usaba la leche de la tabaiba amarga para drogar a los peces y así recogerlos con más facilidad. No se tiene muy claro su pescaban en el mar porque parece que no conocían la navegación. La recogida del marisco no era muy diferente a cómo lo hacemos nosotros hoy en día.