Por David Lorenzo

Pocos artistas han destacado en Canarias tanto como Luján Pérez. Nacido en Santa María de Guía el 9 de mayo de 1756, desde joven demostró una gran capacidad para la escultura y el dibujo. Esto unido a sus profundos sentimientos religiosos le convirtió en el mayor imaginero (escultor de imágenes religiosas) del archipiélago.

Sus padres lo mandan a la Academia de artes de Las Palmas de Gran Canaria para que estudie. Ahí es donde perfecciona su  técnica y donde llega a superar incluso a muchos de sus maestros. También presenta una gran habilidad en pintura y en la arquitectura (era habitual que un artista aprendiera estas tres artes). En la escultura y pintura se caracteriza por seguir de forma fiel el estilo barroco mientras que en la arquitectura tuvo más influencia clasicista, como podemos ver en la fachada de la Catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria.

Su obra logra tal perfección que incluso algunos se preguntan si llegó a estudiar en la Península. Así lo afirma Agustín Álvarez Rixo, quien escribió que Luján Pérez salió de las islas por disposición del Rey Carlos III para formarse. Sin embargo no se han encontrado evidencias documentales de que esto realmente sucediera.

La Dolorosa de la Catedral de Las Palmas es una de las más célebres obras de Luján Pérez

Dentro de la escultura fue prolífica su elaboración de Dolorosas, que podemos encontrar por todo el archipiélago canario. Sin embargo la mayoría de sus principales obras se localizan en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, donde desarrollará prácticamente toda su carrera artística. De ellas destacan el Santísimo Cristo de la Sala Capitular de la Catedral de Santa Ana, que es el patrón de la ciudad y la Virgen de los Dolores de este mismo templo.

Además de ser un extraordinario escultor también destacó por ser un excelente maestro. Educó a la nueva generación de artistas canarios que seguirán haciendo esculturas de gran calidad escultórica. De ellos destacan algunos como son Manuel Hernández (“El Morenito”), Silvestre Bello y sobre todo Fernando Estévez, el principal imaginero del ochocientos en Canarias.

Para el año 1814 Luján se siente muy enfermo, por lo que decide abandonar Las Palmas de Gran Canaria. Se retira a una vivienda que tiene en Santa Brígida donde mejora levemente su estado. Cuando ve su mejoría decide ir a su municipio natal, Santa María de Guía por el que sintió siempre un gran cariño. En este mismo lugar muere en 1815 cuando apenas contaba con 59 años. Desgraciadamente se desconoce exactamente donde está enterrado (algunos autores sospechan incluso si murió en Guía o en Santa Brígida).

José Luján Pérez nos ha dejado un importante legado artístico que lo convierte en un personaje clave del arte canario.

Para saber más:

  • Pedro González-Sosa El imaginero José Luján Pérez, noticias para una biografía del hombre. Las Palmas de Gran Canaria: La Caja de Canarias, 1990