Por Sixto Javier Pérez

No tenía ninguna esperanza con The Boy y el único motivo por el que quería verla era ella, Lauren Cohan (Maggie en The Walking Dead). Tal vez no pueda ser objetivo con la actriz, ya que reconozco que su personaje en la serie me encanta y es un placer verla en otros proyectos (como verán me tiene conquistado), pero eso no quita que la película en la que participe sea mala. En esta ocasión me he llevado una gran sorpresa, básicamente porque no se trata de la típica película de muñecos diabólicos. Su director, William Brent Bell, juega en todo momento al despiste, consiguiendo mantener en vilo al espectador, siendo imposible desconectar de lo que sucede en todo momento.

En la primera parte de la película  nos presentan a los padres del “niño”, ambos son bastantes siniestros y en poco menos de diez minutos te das cuenta de que no están bien psicologicamente, especialmente en el momento en el que presentan a su “hijo”:  un muñeco de porcelana al que cuidan como un niño. Tras haber estado un año buscando niñera, por fin ha llegado la elegida, ella tendrá que quedarse sola en la mansión con el muñeco, puesto que sus padres han decidido irse de vacaciones. A partir este momento empieza lo interesante… El muñeco le hará la vida imposible a su niñera ya que ésta no cumple con las normas que debe seguir…

Como verán la idea es interesante, pero el desarrollo peca en varios aspectos: el primer problema con el que nos encontramos se debe a un personaje secundario, un repartidor que trabaja para los mismos padres que Greta. Su intención a lo largo de todo el film no es otro que conquistarla, llegando a ser de lo más insistente y cada vez que aparece en escena le quita todo el misterio y la tensión que estaba consiguiendo el film. La intención de añadir al personaje no es otra que aportar información de la familia del “niño”, pero les aseguro que lo que aporta no es nada importante. Peor es la aparición de otro personaje justo al final del film, totalmente innecesario con la única finalidad de darle más dramatismo a la historia personal de la protagonista.

Con respecto al muñeco tengo que decir que está muy logrado, impresiona cada vez que la cámara lo enfoca. Hay momentos en los que parece que nos está mirando fijamente. Sin duda, su diseño es ideal ya que no es del estilo de Chucky ni de Anabelle, en este caso han querido que sea lo más humano posible, que se parezca a un niño. La ambientación de la película en general es muy acertada ya que la casa donde sucede toda la trama es realmente siniestra, transmitiendo una gran sensación de inseguridad.

En definitiva, un thriller sencillo y sin grandes pretensiones que logra su cometido: entretener, para ello combina muy bien el terror y el suspense, consiguiendo que el espectador sufra hasta su final.

Nota: 2,5 de 5

Lo mejor:

• Lauren Cohan
• La ambientación
• El diseño del muñeco
• Su final

Lo peor:

• Personajes innecesarios
• La subtrama de la protagonista