Texto: Fabián Sosa
En la arena circular de un terrero, dos cuerpos se enfrentan en silencio. No hay golpes ni gritos, solo técnica, equilibrio y respeto. Así comienza cada combate de lucha canaria, un deporte ancestral que, lejos de extinguirse, ha encontrado nuevas formas de resonar más allá de las Islas. De Corea a Senegal, de los terreros isleños a la televisión en prime time, la lucha canaria empieza a hablar otros idiomas sin dejar de ser ella misma.
A finales de los años ochenta, un grupo de luchadores canarios viajó por primera vez a Corea del Sur. Allí se enfrentaron al ssireum, una modalidad de lucha tradicional con similitudes notables: arena, agarre parecido y valoración de la destreza por encima del daño. “Físicamente eran muy superiores, pero nuestra técnica les sorprendió”, recuerda Berto de la Rosa, exdirector técnico de la Federación de Lucha Canaria de Tenerife, que formó parte de aquella expedición. Uno de los bregadores isleños llegó incluso a derrotar al campeón coreano del año anterior, lo que le valió el apodo de «champion» entre los locales, afirma De la Rosa.
Desde entonces, han tenido lugar múltiples encuentros con disciplinas afines, como la lucha leonesa en la Península, el judo, el sambo o el lamb senegalés, una modalidad vibrante que fusiona deporte y rito entre cánticos y tambores. En todos esos escenarios, los bregadores canarios han dejado huella gracias a su estilo intuitivo, versátil y forjado durante años de combates semanales.
Hace ya un lustro, la pandemia obligó a suspender toda actividad durante casi dos años, dejando atrás a una generación de jóvenes luchadores que no llegó a consolidarse. Sin embargo, el deporte ha vuelto con fuerza. “La afición ha regresado. Los terreros se llenan, incluso en luchadas entre veteranos. El nuevo sistema de playoffs ha generado mucha expectación”, apunta el exdirector técnico.
Pero el renacer no ha sido solo físico, también ha sido visual. La productora Soluciones Creativas El Plan S. L., dirigida por Pablo Emilio Quintana y José A. Jorge, ha transformado la forma de retransmitir la lucha canaria. Con experiencia en eventos como la Euroliga y la Liga Hypermotion, han aplicado ese mismo estándar profesional: cámaras dinámicas, escenografías cuidadas y grafismos modernos. «Queríamos tratar a la lucha como un deporte de alto nivel, con el respeto que merece», explica Quintana.