Ángel Cristóbal Herrera es Coordinador de almacén de Binter en Las Palmas de Gran Canaria.
¿De dónde viene su afición a los aviones?
Desde pequeñito he vivido al lado del aeropuerto, en la playa de Ojos de Garza, y he escuchado el ruido de los aviones. Cuando jugaba con los otros amigos en la calle y los veía aterrizar y despegar, me parecía curioso que algo tan grande pudiese volar.
¿Cómo fueron sus comienzos en la compañía?
Entré un día que me iba de vacaciones, presenté mi currículum en un mostrador de facturación, de ahí lo enviaron a Recursos Humanos y, pasado un tiempo, cuando casi ni me acordaba, me llamaron para entrar en el almacén de Binter de Las Palmas.
¿En qué consiste su día a día?
Gestionamos todos los repuestos del avión, tanto ATR como Embraer, los enviamos a reparar, en contacto permanente con los fabricantes y proveedores.
¿Qué es lo que le sigue fascinando de la aviación?
El trabajo en equipo, que es necesario para que todo fluya. Y los tiempos, los tiempos que tienes que asumir para que no haya un retraso y los aviones salgan en fecha y hora.
¿Cómo imagina los vuelos del futuro?
Déjeme decirle que Binter ya está en el futuro, en el sentido de que, a nivel global, se volverá a tener un mejor servicio a bordo y seguirá siendo esencial la seguridad, mucha seguridad. Y eso Binter ya lo tiene. Lo de los aviones eléctricos o los vuelos no tripulados aún lo veo algo más lejos [risas].