Como todas las buenos historias, el IV Festival Canarias Artes Escénicas no decepcionó en su acto de clausura, que contó con el el actor Rafael Álvarez, «El Brujo» como protagonista del encuentro. El espacio cultural CajaCanarias, lugar en el que se celebró este encuentro CAE con Álvarez, completó su aforo, una muestra más de que la gente sigue demandando cultura.

Durante el acto hubo tiempo para abordar diferentes cuestiones como, por ejemplo, divertidas anécdotas de Álvarez y Afonso o cuestiones trascendentales como la situación actual del teatro. En ese  sentido, «El Brujo» expuso que el teatro es «necesario» y que las instituciones tienen que despertar, porque «la cultura es sanación anímica, una sociedad sin cultura es una sociedad enferma». Asimismo, el artista resaltó también que los actores y muchas obras tienen «un secreto en sí mismo» y que este puede servir para conquistar al espectador.

El público joven también fue otro tema a abordar. Afonso, por su parte, sacó a colación que al público no se le ha acostumbrado a disfrutar en una sala de teatro. Álvarez, al ser consultado por qué se le podría decir al público joven, tenía clara su respuesta: «yo no les explicaría nada», comentó entre risas, pero apuntó que los jóvenes «son maravillosos, tienen un instinto tan poderoso… te miran como diciendo ¿qué me vas a contar? Ellos deben ser captados por el ejemplo, no por el discurso».

Tecnología, teatro, cultura, filosofía, dictaduras, democracias veladas y humanismo son solo algunos de los temas que Rafael abarcó en su charla, pues iba hilando de manera magistral su discurso y dejando a los asistentes encandilados con sus reflexiones.

El encuentro finalizó con preguntas del público y una divertida  anécdota representada por Álvarez sobre San Francisco de Asís y la fundación de la Orden Franciscana.

En definitiva, se trató de una velada para el recuerdo, en la que Rafael Álvarez reveló su «secreto», ése que comentó durante la charla al público, quienes les correspondieron con sendos aplausos por toda la experiencia.