Por Sylvia Madero

Ilustración por Beatriz Pérez

¿Qué fue lo que te motivó a empezar a correr?

A finales de 2009, me di cuenta de que mi estado físico tenía que cambiar. Llevaba una vida muy sedentaria y rondaba los 90 kilos de peso; y el temor de ver mi salud comprometida, el consejo médico y la presión familiar fueron determinantes para tomar esa decisión. Buscando una manera rápida de bajar peso, opté por correr, en un parque cercano a mi casa, el de la Torre, en San Sebastián, y cuando quise darme cuenta, en apenas cuatro meses ya era capaz de aguantar hasta una hora y había bajado 20 kilos.

Tras un año corriendo, te entra el gusanillo del trail y decides apuntarte en el maratón del Meridiano, que además ganas…

La verdad es que me apunté como un desafío, porque sentía curiosidad y tenía ganas de conocer El Hierro, pero sinceramente no pensaba en hacerme con el podio… ¡Imagínate que no sabía lo que era una carrera corta de montaña y fui con zapatillas de asfalto!

“En el mundo de la competición, mientras un día eres un fenómeno, al mes puedes ser del montón; por eso creo que es imprescindible no creerte superior a nadie”

¿Dirías que un aspecto fundamental para tu desarrollo como deportista ha sido la orografía de La Gomera?

Ha sido clave. Tras estos años me he dado cuenta de que lo mío son los recorridos más técnicos, los llamados “rompepiernas”, y tengo claro que es porque me he entrenado en La Gomera. Además de abrupta es muy completa: barrancos, subidas, bajadas, zonas de medianías…, y el contraste del clima también curte, porque tan pronto estás en la costa bajo el sol como en El Cedro envuelto en bruma, y esto te prepara para lo que te puedes encontrar en competición.

¿Cuáles consideras que deben ser las cualidades fundamentales de un corredor de pruebas de montaña?

Creo que lo más importante es ser humilde. En el mundo de la competición, mientras un día eres un fenómeno, al mes puedes ser del montón; por eso creo que es imprescindible no creerte superior a nadie. También tener capacidad de superación y creer en uno mismo, estar a gusto con tu trabajo y disfrutar de lo enriquecedor que es mejorar día a día. Competir debe ser un trámite más de hacer lo que te apasiona, una consecución de los entrenamientos. En cuanto a condiciones físicas, no creo que haya que tener algunas en específico…, pero sí es importante salir y hacerte con el terreno hasta encontrar aquel en el que te veas cómodo y escoger carreras que cumplan con esas características.

El calendario de carreras en las Islas cada vez es mayor. ¿Dirías que se está descontrolando?

Es triste pero es así. Existe una saturación increíble y el descontrol es absoluto. España es el único país del mundo que tiene dos federaciones que gestionan este deporte (la de atletismo y la de montaña) y se están beneficiando de la inexistencia de una ley que las unifique; al final se trata de una cuestión de competencia. Esto hace flaco favor a los deportistas, que tienen que verse en la tesitura de elegir, como en mi caso el pasado mayo, que tuve que renunciar a una de las carreras más importantes de las Islas porque coincidía en el calendario con el mundial.

Acabas de proclamarte por segundo año consecutivo subcampeón en el mundial de la Federación Internacional de Atletismo, en un recorrido muy duro en Penyagolosa. ¿Cuál fue tu estrategia para lograrlo?

Mi entrenador, David Alfón, y yo estudiamos meses antes el recorrido y vimos que los primeros 41 kilómetros eran muy atléticos y rápidos, con 1700 metros de desnivel positivo y apenas características de montaña. Por eso tuvimos claro que debía contenerme y centrarme en los 45 kilómetros restantes, mucho más duros y técnicos, donde yo me defiendo a la perfección. La estrategia era clara: no desgastarme ni entrar en ritmos de alta competición hasta llegar a ese punto, aunque –y así fue– me adelantara la mayoría de los participantes. Ser capaz de mantener la cabeza fría y no caer en la tentación de desviarme de la estrategia fue mi única lucha durante la carrera, porque físicamente llegué a meta muy entero.

Participaste en ella una vez más representando a la selección española y junto a Luis Alberto Hernández, quien se proclamó ganador. ¿Cómo es correr al lado de un deportista de la élite española como él?

Todavía no me lo creo. Compartir equipo con ídolos que antes decoraban en pósteres las paredes de mi habitación, como Iker Carrera o Miguel Heras, son palabras mayores. Quizá es porque tengo los pies muy en el suelo y quiero mejorar cada día, y aprender de ellos me parece una oportunidad excepcional, no lo sé… El caso es que aún no termino de asimilarlo, para mí es un honor correr junto a ellos.

“España es el único país del mundo que tiene dos federaciones que gestionan este deporte y se están beneficiando de la inexistencia de una ley que las unifique”

Este podio te confirma como referente en carreras de larga distancia dentro y fuera del panorama nacional y se te ve muy cómodo en ellas, pero ¿no te atraen otras disciplinas que puedan ser más explosivas?

No (suspira y se ríe), no cambio la montaña por nada. Mientras el asfalto es un ritmo constante y una pelea con el reloj, en la montaña te desafías. La montaña me pone a prueba cada día, pero a la vez me da sosiego y libertad, puedo admirar el paisaje y maravillarme con él, puedo pensar… Me encuentro a mí mismo.

Campeón de la Ultra Skyrunners National Series España, Andorra y Portugal, Campeón de la Ultra Skyrunners World Series, subcampeón del mundo de trail y campeón por selecciones… Con este palmarés, ¿qué retos te quedan por cumplir?

Este deporte me ha permitido viajar mucho y conocer gente y paisajes increíbles, me gustaría seguir haciéndolo. A nivel competitivo, volver a vestir la camiseta del combinado nacional en Portugal el próximo año y comprobar si a la tercera va la vencida. ¿Quién sabe?