Por Francisco Belín

Ilustración por David Ferrer

Ayoze Quintero es, sin duda, ejemplo –desde Tenerife– de la nueva generación que pisa fuerte en la cocina canaria: ahí está, nada de promesa, sino auténtica realidad. “No sabría cómo definirme; me adapto bien a los tiempos y con mi curiosidad innata, con la vocación y el hobby, podría dar por bueno que mi cocina es personal y, en el buen sentido, disparatada”.

El tinerfeño habla de sus inicios. “Mis padres son cocineros; en casa se cocinaba, se hablaba de ello; yo seguía esa vena y me picó el gusanillo, así que me prepararé bien, estudié… Pero tengo un punto muy autodidacta, que es lo que me ha llevado a lo que soy”. Exacto con las búsquedas, riguroso con los aderezos y en el dominio tanto de la cocina clásica como de la de matices étnicos, particularmente orientales o mexicanos, afirma quien les escribe.

Ayoze Quintero convierte en cualidad el hecho de interpretar productos a los que no estamos tan acostumbrados pero que sí sirven para potenciar nuestra gastronomía; valga de muestra la ensaladilla con arenque y menta chocolate: “Un plato básico de cualquier local –afirma–, que es un espectáculo cuando lo comes por los sabores potenciados y esos géneros tan intensos”.

¿Y cómo ve la gastronomía canaria en general? “Actualmente creo que hay bastante unión; somos muchos, en Tenerife y Canarias, los que remamos en la misma línea; quizá por falta de apoyo no hay más gente que emprenda y desarrolle sus ideas, algo que podría sumar como atractivo de lo que es el concepto de destino gastronómico y turístico”.