Por David Lorenzo

En Juego de Tronos en el norte existe el Muro, una construcción de hielo que sirve para separar los reinos del sur de los salvajes del norte (y a los caminantes blancos). Lo que muchos no saben es que esta construcción se basa en el muro de Adriano.

Como su nombre indica fue mandado a construir con el emperador romano Adriano en el siglo II. Su objetivo era proteger a los pueblos romanizados del sur de la llamada Britania de los pueblos bárbaros que vivían en el norte. Era una gran construcción con una extensión de más de 117 kilómetros y cubría de este a oeste toda la isla.

A lo largo del muro de Adriano, de casi 5 metros de altura en algunas de sus partes, se fueron distribuyendo fortalezas (fortines) con el objetivo de defender la zona. En ella acababan viviendo los soldados con sus familias. En algunos de estos fortines se crearon ciudades que existen en la actualidad. Un ejemplo es la de Pons Aelius, hoy llamada Newcastle upon Tyne.

Los motivos de Adriano para construir la muralla eran lógicos. Fue él el primer emperador que se dio cuenta que era muy complicado que el imperio siguiera creciendo en extensión. Consciente de ello tomó medidas conservadoras. Aceptó que muchos territorios no podían ser mantenidos. En algunas fronteras fueron construidas ciudades y murallas (como el muro de Adriano) con el fin de protegerse del enemigo hostil.

Pero esta no fue la última expansión del Imperio romano que hubo en Britania. Con el emperador Antonio Pío se construyo una muralla más al norte, conocida como Muro de Antonino. Sin embargo su duración en el tiempo fue efímera. En menos de un siglo tuvo que ser abandonada, siendo de nuevo el muro de Adriano la frontera norte del Imperio.

Durante el tiempo que estuvo en funcionamiento el muro de Adriano se demostró que no era del todo efectivo. No era muy alto y además tampoco era muy ancho. Esto dificultaba rondas sobre la muralla y que resistiera un asedio. Salvo que el ataque hubiese sido localizado con anterioridad no se podía evitar que un ejército organizado de bárbaros lo superaran. Es por ello por lo que las fortalezas en Britania siguieron siendo importantes para defender la provincia romana.

También existían muchas críticas contra el muro, que era muy difícil de mantener. El gasto en soldados y en mejoras, tanto de las fortalezas y de la propia muralla, se llevaban una importante cantidad de impuestos. Casi podemos considerarlo como un “agujero negro” de gasto.

Finalmente el muro de Adriano fue abandonado en el año 383. El imperio romano no podía seguir manteniendo esta construcción. Ya en este siglo poco quedaba de aquel gran imperio en expansión y rico que fue. Aunque duró un siglo más no se podían seguir gastando dinero en un “lujo” de ese nivel.

Para saber más:

  • Dietrich, Wiliam (2013) El muro de Adriano. Barcelona: Ediciones B
  • Birley, Anthony Richard (2010) Adriano. Madrid: Gredos