Por David Lorenzo

Acabada la II Guerra Mundial muchos nazis fueron juzgados en Núremberg. Algunos solo fueron condenados con años de cárcel. A otros se les consideró asesinos y se les aplicó la pena de muerte. De los nazis célebres se salvaron de la horca únicamente aquellos que lograron huir, principalmente a Sudamérica.

Estos nazis huidos se establecieron en estos nuevos países con nombres falsos. Los pocos recursos que les quedaban a los nazis fueron empleados en cambiar sus identidades con el fin de que no fueran encontrados y llevados a juicio.

Con el paso de los años, la II Guerra Mundial fue quedando atrás. La mayoría de los países que formaron el bando aliado dejaron de perseguir a los nazis. Se consideraba que ya había pasado mucho tiempo. Pero algunas personas no estaban de acuerdo. Ellos decidieron seguir persiguiendo a los nazis. Creían que era necesario aplicar justicia. Fue de esta manera como surgieron los cazanazis.

Su trabajo era muy parecido al de los detectives privados. Su función sobre todo se centraba en la recopilación de documentación que sirviera en un juicio para condenar a un nazi. Por lo general, cuando sospechaban de una persona, los cazanazis debían investigar de quien se trataba. Con aquellos que habían cambiado su identidad también debían demostrar que eran los asesinos de los que habían recogido la información.

Los cazanazis iban por libre. En teoría no contaban con el apoyo ni económico ni logístico de los países occidentales. Pero en los últimos años se ha confirmado que contaban con el apoyo del Mossad, el servicio de inteligencia de Israel.

Gracias a su labor se logró que muchos nazis huidos fueran llevados ante la justicia a lo largo del siglo XX. Habitualmente los cazanazis tuvieron que trabajar en países hostiles. Muchos de los lugares favoritos que eligieron los nazis para vivir eran países simpatizantes de su ideología. Esto suponía que debían entrar de incógnito, recopilar pruebas y luego salir del país con los sospechosos.

Uno de los casos más peliculeros se produjo con la captura de Adolf Eichmann. Este asesino de guerra se cambio su nombre por el de Ricardo Klement y huyó a Argentina. La falta de apoyo del gobierno argentino a la repatriación llevó a que el Mossad, con ayuda del cazanazis Simon Wiesenthal, lo secuestraran y enviaran a Israel.

En Israel Eichmann fue llevado a juicio, donde se consideró que era culpable de genocidio. Fue condenado a muerte en 1962. Gracias al trabajo realizado por los cazanazis se logró recuperar el interés de la población por los nazis. Los medios de comunicación de todo el mundo se hicieron eco de este hecho y fue de ayuda para seguir persiguiendo a los asesinos de guerra.

Algunos de los cazanazis más famosos de la historia tuvieron origen judío y sobrevivieron al holocausto. De ellos destaca Simon Wiesenthal (que llegó a llevar ante la justicia a más de 1000 nazis), Serge Klarsfeld o Tuviah Frideman.

La mayoría de los cazanazis terminaron su labor a finales del siglo XX. En ese momento y a la mayoría de los nazis que actuaron activamente en el holocausto o habían muerto o tenían una edad demasiado avanzada como para ser condenados.

De forma indirecta los cazanazis consiguieron sus objetivos. Es cierto que algunos de los nazis lograron escapar de ser llevados ante la justicia. Pero lo que se demostró es que sus terribles acciones en el holocausto no habían sido olvidadas y que a pesar de haber cambiado sus identidades no eran inmunes. Murieron con miedo de ser descubiertos, esa fue su condena.

Para saber más:

  • Mutti, Julio B (2015) Nazis en las sombras. Madrid: Nowtilus
  • Segev, Tom (2012) Simon Wiesenthal: The LIfe an Legends. Nueva York: Schocken Books